Luego de escuchar las palabras del Papa Francisco, realizadas ante los medios de comunicación acreditados en Santa Cruz de la Sierra, en el cierre del encuentro de Movimientos sociales llevado a cabo en la ciudad homónima, queda en evidencia un mensaje potente, critico y con receptores claros.
El capital y sus consecuencias, las luchas de las personas que están fuera del sistema capitalista, la destrucción del medioambiente y los liderazgos que sustentan en diferentes maneras la actual situación mundial, fueron temas contundentes en la alocución del santo Padre.
Al hablar a los integrantes de los diferentes movimientos sociales del continente, realizo una declaración contundente, sobre el papel de las personas que no forman parte directa del actual sistema de consumo masivo en el que se encuentra inmersa la humanidad, con sus consecuencias más desastrosas.
Exclusión social, corrupción, criminalidad, destrucción ambiental, entre otros, fueron los tópicos tratados por Francisco, quien exhortó a las personas responsables de ello, llámese lideres mundiales, hombres de negocio, el pequeño porcentaje de la población mundial que consume la mayoría de los recursos planetarios, a que se pregunten sinceramente si tal situación es sustentable.
Llamo el Papa a las personas, en el mundo, a realizar una revolución pacifica pero determinada, a fin de terminar con el actual drama de la marginación, la pobreza y el peligro cierto de que "la madre tierra" tenga daños irreversibles.
Asimismo, y en la generalidad en la que expuso en forma concreta y sin fisura alguna su doctrina, tuvo palabras para las llamadas ayudas sociales, a las que califico de necesarias pero que no debían convertirse en una trampa, ya que encuentra que deben ser provisorias, y permitir a las personas el acceso a un trabajo digno.
Por otra parte, abogo a favor de las tres T, trabajo, techo y tierra, como un derecho inalienable de las personas, en todo el orbe, asegurando que los movimientos sociales que impulsan tales programas, son la base de un cambio que puede y debe hacerse, no solo por el bien de las personas a las cuales asisten tales movimientos, sino como un trabajo a escala planetaria, que siente las bases de un cambio global, que reemplace el actual sistema capitalista de hiperconsumo.-