El grupo insurgente Estado islámico (EI) hizo explotar una de las joyas más preciadas de la ciudad siria de Palmira, el templo Baalshamin, cuya construcción data del siglo I antes de Cristo.
De acuerdo con la información del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), los extremistas yihadistas emplearon grandes cantidades de explosivos para dinamitar el templo. Según el testimonio que dieron algunas personas al organismo, la destrucción de la reliquia arquitectónica se dio a conocer el domingo, aunque el hecho habría ocurrido hace un mes.
El templo de Baal es considerado como el más importante por el museo de Louvre de París y tiene un valor simbólico trascendental para diversos pueblos de Asia Menor, que lo consideran como la ‘deidad del trueno, la lluvia y la fertilidad’.
En tanto, de acuerdo con la información del medio español El Periódico, la ciudad de Palmira constituye una ‘reliquia única del siglo I a.C’ y fue declarada Patrimonio de la humanidad por la UNESCO, por su legado artístico, cultural y arquitectónico.
Los insurgentes de ISIS se apropiaron de dicha localidad siria en mayo pasado y desde esa fecha, no han cesado en sus acciones destructivas. Según Mamun Abdulkarim, jefe de la dirección de antigüedades y museos de Palmira, desde el momento de la ocupación por las fuerzas extremistas de ‘EI’, se han destruido varios emblemas arquitectónicos; entre ellos, la conocida estatua del León de Atena. Además, Abdulkarim precisó que han trasformado “el museo en tribunal y en prisión” y asesinaron al “ex director de las Antigüedades, Jaled Al Asadde".
Pérdidas materiales y humanas
Las acciones terroristas de ‘EI’ se fundamentan para los miembros de esa facción, en que las construcciones religiosas y monumentos preislámicos son considerados como ‘idolatría’, en particular, las estatuas. Por esta razón es que han derribado varios baluartes arquitectónicos en Irak, generando la preocupación de la UNESCO y de los organismos internacionales.
En este sentido, la UNESCO había advertido el pasado 3 de julio sobre la inminente destrucción de las obras de la ciudad de Palmira por parte de los extremistas yihadistas. En efecto, la directora general de la organización, Irina Bokova, señaló que “la destrucción de bustos funerarios procedentes de Palmira, en la plaza pública” frente a una multitud convocada para presenciar el “saqueo de su patrimonio es un espectáculo de un perversidad que deja helado”.
Asimismo, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), desde los comienzos del conflicto con Estado islámico, hace cuatro años, han sido ‘dañados, destruidos o saqueados’ más de 300 instalaciones y sitios históricos emblemáticos en Siria.
Vale decir, que desde que ‘EI’ tomó la ciudad de Palmira, no sólo hubo que lamentar valiosas pérdidas materiales sino también numerosas ejecuciones humanas, que hasta el momento, comprenden más de 200 personas, pertenecientes tanto al interior como al exterior de la ciudad siria. Según el testimonio de algunos ciudadanos, otorgado al ‘OSDH’, alrededor de 20 ejecuciones fueron perpetradas en el teatro antiguo de Palmira.
La barbarie de Estado Islámico no tiene parangón y en diversas regiones de Siria, país asolado por el conflicto bélico desde hace cuatro años, continúan los enfrentamientos armados entre extremistas yihadistas y las fuerzas kurdas; mientras, los bombardeos y atentados causan diariamente la muerte de decenas de civiles.