Hasta ahora, el principal problema de la piel artificial utilizada por ejemplo para hacer implantes era que notenía la sensibilidad que podemos tener nosotros, una característica fundamental de la piel natural. Es decir, que las personas que llevaban la piel artificial no podían sentir nada a través de ella. Pero hoy en día esto ya no es así, han creado una piel artificial que es capaz de aportar a la persona sensibilidad al tacto. Por increíble que parezca, ¡así es!

Esta nueva piel la han podido hacer gracias al trabajo de 17 investigadores de la Universidad de Stanford.

un estudio dirigido y coordinado por Zhenan Bao que ha logrado por primera vez poder transferir las percepciones táctiles cerebrales debido a los sensores de presión hechos de nanotubos de carbono orgánico.

Esta piel artificial se compone de dos capas de plástico: unaexterno capaz de recibir estímulos de presión(tales como un apretón de manos o una palmada) y la capainterior que es capaz de llevar las señales eléctricas a las neuronasyconvertirlas en estímulos bioquímicos adecuados, tal como ocurriría con una respuesta en la piel humana.

Para hacerlo de manera que los pulsos se puedan transmitir, la piel ha sido rociada con miles de millones de tubos de carbono nano dispuestos en forma de pirámides en una base de plástico.

La presión ejercida sobre la piel, aplasta los tubos nano y le permite conducir la electricidad. Dependiendo de si la presión es más o menos fuerte cambia el flujo de la electricidad y por lo tanto la sensación transmitida.

La capa inferior de la piel contiene sensores capaces de acomodar estos estímulos gracias a un circuito electrónico que lleva los impulsos a las células nerviosas.

Para llevarlo a cabo, los investigadores también han empleadoimpresoras 3D.

Y han logrado conseguir todo esto sin perder flexibilidad. De hecho, esta nueva piel tiene una elasticidad similar a la de los seres humanos. Sin duda, este estudio abre nuevas posibilidades en el campo de los implantes de última generación.