Argentina recibirá 3000 refugiados sirios, convirtiéndose así en el primer país no europeo del mundo en recibir a desprotegidos de esa nacionalidad. Argentina recibirá apoyo logístico del Viejo Continente para saber cómo enfrentar este nuevo desafío. Los puntos que se tendrán en cuenta para llevar a cabo esa recepción serán las condiciones de seguridad, la integración efectiva de los refugiados en nuestra sociedad y la capacidad local de recepción.
La intención final de este proyecto es que Argentina se integre al mundo, se cree que colaborando con los refugiados de Siria se da una buena imagen al mundo de nuestro país, al mismo tiempo que se continúa con la tradición receptiva que tuvo esta nación al recibir inmigrantes de todo el planeta.
Esta importante decisión ya abrió el debate en nuestra sociedad, hay quienes ven positivamente el ingreso de ciudadanos sirios y hay otros que cuestionan la mala situación económica que atraviesa al país que dificulta cualquier tipo de inmigración.
Los que están de acuerdo señalan que es bueno que el país continúe con su costumbre receptiva hacia otras culturas, ya que eso al final nos enriquecerá como sociedad. Quienes están en desacuerdo con el ingreso de refugiados apuntan a cuestionamientos sobre dónde vivirán, cómo se integrarán al país y de qué van atrabajar esas personas. Macri deberá lidiar y responder todas esas preguntas, tratando de encontrar una solución que deje conforme a todos por igual.
En primera instancia, los refugiados vivirían en el interior del país, en las provincias donde tengan familiares o amigos. La embajada siria se encargaría de encontrarles trabajo y el tema de la vivienda todavía lo están estudiando. En Argentina ya están viviendo unos 500 refugiados sirios, la mayoría eran de clase media o alta en su país y tienen buen nivel educativo. En nuestro país tuvieron que empezar de cero para hacerse de un lugar en nuestra sociedad, tal como sucedió años atrás con la inmigración europea y del resto del mundo.