El ex presidente de Brasil, Lula da Silva, quien está cercado por la denuncias de corrupción en su país, ha decidido buscar apoyo moral en el exterior. Su partido político, el Partido de los Trabajadores (PT) presentó esta semana una revista en cuatro idiomas: portugués, español, inglés y francés. Allí denuncian que Lula es víctima de una persecución judicial sin precedentes, además de padecer una campaña mediática en su contra, la más violenta en la historia de Brasil.

Los destinatarios de tal revista son los diarios internacionales. El ex mandatario brasileño, a pesar del revés judicial que está viviendo, sigue siendo el político más popular del mundo después de Barack Obama.

Hasta el mismísimo presidente norteamericano dijo de él una vez : 'Amo a ese hombre', refiriéndose a la capacidad de liderazgo de Lula y cómo sacó de la pobreza a 46 millones de brasileños. Se puede decir que la mitad de Brasil lo ama y la otra mitad lo odia.

En el exterior, la situación es diferente, el ex jefe de estado de Brasil es muy querido y admirado en la mayoría de los países. Es por eso que él y el Partido de los Trabajadores apelan a esa popularidad masiva para denunciar la cacería de la que son víctimas. Aseguran lo persiguen judicialmente porque nadie puede vencerlo en las urnas. Hasta tienen un lema para su líder: 'Lula preso,es un mártir. Lula muerto, es un mito y Lula vivo es presidente'.

En Brasil, sus enemigos dan por hecho que el ex mandatario fue partícipe activo de la trama de corrupción de Petrobras, por la que ya están presos ejecutivos de la empresa, políticos y empresarios. Cuando la policía lo fue a buscar a su casa para que declare, los aliados del ex jefe de estado denunciaron que se trató de un 'secuestro', lo que llevó a que trasladara su situación judicial Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Allí denunció a los investigadores y al juez Sergio Moro.

Tal vez el apoyo internacional logre aplacar a los enemigos acérrimos que Lula tiene en su propia nación, por lo que deberá ser un respaldo muy fuerte.