Haider Al Abadí, primer ministro iraquí ha anunciado esta semana que la operación contra ISIS ha entrado en su etapa final, ahora que un 60% del oeste de Mosul se encuentra en poder de las fuerzas gubernamentales, estando cada vez más cerca de recuperar el último bastión que le quedaba a ISIS en Irak.
Hace casi tres años, en junio de 2014, Abu Bakr al-Baghdadi -líder del grupo terrorista autodenominado Estado islámico- declaró a Mosul como capital del califato que se expandiría por todo oriente medio. Desde entonces, la ciudad iraquí se encuentra en poder de los yidahistas.
El pasado mes de octubre, el ejército iraquí comenzó una ofensiva contra ISIS para retomar el control de la ciudad, en un país víctima de los intereses internacionales, la corrupción, donde la guerra y la muerte no resultan extrañas y empeoraron desde la invasión llevada a cabo por EE.UU en el año 2003.
Según cifras otorgadas por la Organización Internacional de Migraciones, aproximadamente 250.000 personas han huido de Mosul desde octubre, convirtiéndose en desplazados y buscando refugio en los diferentes albergues humanitarios.
Los enfrentamientos en Mosul, la segunda ciudad más importante de Iraq, que comenzaron el pasado 17 de octubre han dejado un saldo de más de 37.000 familias desplazadas, según cifras oficiales.
Los barrios del oriente de la ciudad como Al-Maliyah y Nabí Hunus, entre otros, fueron liberados en el mes de enero por las fuerzas iraquíes; sin embargo, las quejas por la falta de protección y la falta de servicios como luz, agua y electricidad no se hicieron esperar.
Militantes de ISIS no solo extorsionan y saquean casas y comercios, sino que, para evitar huidas, amenazan constantemente a los civiles que residen bajo su control en la parte occidental de la ciudad, en donde escasean los alimentos, el agua y los precios se han disparado.
Además de la preocupación causada hace dos semanas atrás por los ataques con químicos, de los que fueron víctimas al menos 12 personas, debido a un cohete lanzado por miembros de ISIS hacia el lado oriente de la ciudad y de los cuales fueron víctimas incluso cinco niños.
Los enfrentamientos en los cuales las fuerzas iraquíes, los kurdos y la coalición internacional luchan para derrotar a ISIS continúan, dejando a su paso gran cantidad de civiles heridos y muertos.
Según datos otorgados por la ONU, aproximadamente 800.000 civiles continúan atrapados en la parte occidental de Mosul, rehenes de ISIS, a pesar del gran avance que han tenido las fuerzas iraquíes en la recuperación de distintos barrios.