Hace apenas un mes atrás, en las puertas de Mundo Marino, un grupo de personas se reunieron en San Clemente del Tuyú para reclamar la liberación de Kshamenk, la única orca que todavía continúa en cautiverio. Desde entonces, las iniciativas lideradas por Roberto Bubas, guardafauna en Península Valdés, para lograr la rehabilitación y la devolución del animal a su medio natural, no han cesado.

El nueve de junio pasado, sobre la hora del mediodía, un grupo de sesenta personas provenientes de distintas partes del país, se autoconvocaron en las puertas de Mundo Marino, en San Clemente del Tuyú, para pedir por la liberación de Kshamenk, un ejemplar de orca que vive allí desde hace más de una veintena de años.

La campaña tuvo su germen en las redes sociales, sobre todo Facebook y Twiter, en donde se invitaba a participar del evento de forma pacífica. Sin banderas políticas, Roberto Bubas proponía que "cada quién se representa a sí mismo, como individuo consciente de su deber y nada más".

Para sorpresas de muchos y alegría de unas cuantas personas más, "la patriada" por la orca -como lo denominó el mismo guardafauna-, continuó con su objetivo. Luego del abrazo al acuario en señal de amor y respeto a la naturaleza, se siguieron escuchando las voces de los defensores de la vida silvestre. En el último mes se le ha solicitado al gobernador bonaerense Daniel Scioli una reunión para poder explicar la urgencia del caso puesto que la calidad de vida del animal dentro del acuario acorta su tiempo de vida de forma considerable.

De inmediato, a través de un escrito, José David Méndez (director del acuario) salió a expresar su descontento por el accionar del biólogo marino, solicitándole al gobernador chubutense Martín Buzzi, provincia de la que es residente Roberto Bubas, que "controle su conducta". El derecho a réplica tuvo su lugar en una entrevista radial, donde el guardafauna dejó en claro su objetivo: "no estamos difamando a la empresa Mundo Marino, sólo tratamos de desarticular un paradigma instalado de que mantener animales cautivos es educativo."

La propuesta de transformar el acuario en un centro de interpretación está en consonancia con las innovadoras ideas que ya fueron probadas exitosamente en algunas partes de América y Europa que implementaron parques terrestres o acuáticos en donde el animal vive libremente y es el visitante quien está detrás de estructuras (rejas, paneles, vehículos) que lo protegen.

Por el momento, las voces de quienes asumen una actitud responsable hacia la naturaleza y la vida salvaje siguen sonando, esto es una señal de que la lucha por la liberación del ejemplar de orca Kshamenk aún no terminó.