El Papa Francisco reconoció en el Sínodo de Obispos dedicado a la Familia que existen otras formas de vincularse entre las personas, clara alusión a los acuerdos legales a los que pudieran acudir los matrimonios divorciados, y también pidió respeto y una actitud de acogida hacia las familias que están siendo destruidas o que han sido heridas por conflictos bélicos, o que debido a éstos han tenido que separarse para lograr la supervivencia.

El Papa manifestó que la familia sigue siendo la mejor manera de "humanizar" a las personas y de brindarle sentido a "nuestras vidas" frente a la creciente "deshumanización de un individualismo que se torna exasperante", declaró el pontífice.

Del mencionado Sínodo, donde acuden 127 conferencias episcopales procedentes de todo el mundo ya se ha conocido un informe elaborado por más de 200 obispos participantes donde se señala la necesidad de un "discernimiento espiritual" acerca de los nuevos matrimonios que surgen de los divorcios civiles y que se quieren volver a casar por la iglesia. En este caso la curia está tratando de acomodarse a los nuevos tiempos que corren donde cada día aparecen más familias conformadas de esta manera, es decir padres y madres que se han divorciado y vuelto a formar una nueva familia donde conviven los hijos de la nueva pareja, y también es posible que vuelvan a procrear hijos, los cuales, necesariamente formarán parte de esta nueva familia conformada de esta peculiar manera.

A todo esto los Obispos le están prestando mucha atención y el clima que se respiraba en el Concilio para la Familia del Siglo XXI, según informaron los enviados de prensa internacionales, era el de un máximo respeto a la pluralidad de opiniones y a la libertad de expresión. Se trata de un nuevo modelo de participación, sin límite de tiempo para que los obispos presenten sus propuestas, instaurado por el Papa Francisco quien invita a sus obispos a "hablar con valentía y a escuchar con humildad".

El tema de los homosexuales y de las parejas entre personas del mismo sexo sigue siendo muy delicado y de mucho cuidado en el entorno papal, sin embrago el Papa Francisco ha declarado que "las uniones del mismo sexo", si bien no pueden definirse como matrimonio, "tienen dotes y buenas cualidades morales que éstos pueden ofrecer a la comunidad cristiana".

La homosexualidad, el uso del preservativo, y los matrimonios entre personas del mismo sexo siguen siendo temas donde la actual Curia Vaticana debería pronunciarse claramente ahora y de cara al futuro, sobre todo cuando, como en el caso del uso del preservativo, se trata de salvar y proteger vidas humanas.

Otra cuenta pendiente para el Papa Francisco es, además de pedir perdón públicamente, es responder legalmente vía código penal a las acusaciones de numerosos sacerdotes, en todas partes del mundo acerca del ejercicio de prácticas sexuales perversas, cuando no de sodomía sobre menores, en su gran mayoría alumnos de colegios religiosos. Por ahora lo que hace la iglesia es "juzgar" a los curas pederastas por sus propios fueros, sí cabe, a lo sumo destituirlos de su cargo, o trasladarlos de un recinto a otro, como si todo esto constituyera una condena en sí misma.