Días atrás, la Revista Barcelona fue el blanco de las críticas por una arriesgada tapa que colocaba en primer plano al Papa Francisco travestido luego de que se pronunciara a favor de la homosexualidad. Pero la cosa no quedaba en esto, pues una "palabrota" acompañaba a la imagen. El revuelo fue tal que su directora, Ingrid Beck, tuvo que salir a explicar en varios medios las intenciones de la provocativa publicación.
Por supuesto que no sería una tapa que pasara desapercibida para el público, sin embargo cuando Beck decidió que Barcelona llevara el Pontífice en su primera plana, no sospechaba que la situación pasaría a mayores, pues en las últimas horas, ha denunciado a Facebook por censura.
Según acaba de trascender a los medios de comunicación, la red social le habría bloqueado la cuenta oficial de la Revista Barcelona, durante un lapso de tres días, posterior a la polémica publicación. Este hecho de censura se explicaría, dijo su directora, como una reacción a lo ocurrido la semana anterior con la revista, situación que llevó al enfrentamiento tanto mediático como de particulares argumentando su postura.
Como si no fuera poco el bloqueo de su cuenta, desde el medio en cuestión se señaló que, si bien Facebook les impedía realizar publicaciones, la censura no corría para parte del público que continuaba insultando a Barcelona por aquella imagen de Francisco.
La decisión de la red social pone en debate varias cuestiones vinculadas a la libertad de Prensa, tema que ya fue abordado oportunamente a partir de las imágenes que para cierto público resultaban ofensivas. ¿Puede un medio publicar y escudarse tras su "particular impronta"? ¿La ironía y el humor son el permiso? ¿Puede una red social que se jacta de libre y abierta, emitir un juicio de valor y bloquear una cuenta? Con el tiempo, las barreras de lo permitido y lo prohibido, de lo público y lo privado se fueron corriendo, hasta el punto de causar grandes confusiones.
Puede que este sea el caso, puede que no -depende la óptica -pero lo cierto es que bajo el escudo de la "noticia" se mandaron muchas personas al cadalso. Por otra parte, las redes sociales han otorgado una voz pública que antes el ciudadano común no tenía. Y estas voces muchas veces superan el límite de aceptable moral, ética, lingüísticamente (y un largo etcétera). Cuestiones de los medios masivos de comunicación y las tecnologías de la información que obligan a los expertos a pensar con criterio en lo inmediato.