Con un tuit de menos de 140 caracteres ha conseguido el presidente de España, Mariano Rajoy Brey, sacar las carcajadas más sonoras de la mayoría de sus seguidores. Es un "hecho innegable", pero claro, también es una trivial perogrullada que ha soltado en su cuenta de Twitter, poco después de una rueda de prensa sobre la consulta del 9-N por la independencia de Cataluña.
Desde luego, a la luz de las palabras del presidente del gobierno español no es de extrañar que Cataluña añore y pida la independencia de España. Es complicado medirse con alguien que alcanza tales cotas de profundidad en su análisis de la realidad.
Así que, obviamente, la negociación en tales circunstancias es una idea disparatada. De hecho, resulta extraño que el pueblo español no haga una declaración de independencia con respecto a Mariano Rajoy. Cada ciudadano individualmente debería hacerla.
Si para Mariano Rajoy la observación de que "en Cataluña hay muchísimos más catalanes que independentistas" es digna de tuitearse con solemnidad, precedida de esta otra expresión: "hay un hecho innegable" que, a su vez, da mayor solemnidad, entonces es fácil hacerse una idea de su "rica" vida mental. Por ejemplo, para Mariano Rajoy deben ser sorprendentes también otros "hechos innegables", como que hay más parásitos que garrapatas, que hay más latinoamericanos que argentinos o que hay más frutas que melones.
Uno de los miedos con la consulta celebrada en Cataluña, cuyo precedente más cercano es el de la votación por la independencia de Escocia (aunque hay muchas diferencias), era la respuesta de los mercados hacia el proceso independentista, el cual por el momento solo está teniendo un carácter simbólico, aunque con importantes consecuencias políticas.
Sin embargo, si tenemos en cuenta las palabras del mandatario español, entonces no parece que el mayor problema sea este.
¿Cómo invertir en España si el timón del país lo lleva un hombre que se jacta con afirmaciones como esta: "en Cataluña hay muchísimos más catalanes que independentistas"? Es evidente que si uno se dedicara a estos menesteres no consideraría a España entre los países más fiables del mundo.
No hace falta que el pueblo catalán saque las urnas para aterrorizar a los mercados: basta con que Mariano Rajoy sea él mismo.
Además de estas lindezas, el gobierno español está envuelto en numerosos escándalos de corrupción, los cuales apuntan tanto al partido liderado por Mariano Rajoy, Partido Popular (PP), como a varios políticos (alcaldes, diputados, senadores, etc.), empresarios, banqueros, la casa real, etc.