¿Cómo somos los argentinos? Los argentinos somos un crisol de razas. Allí conviven todos los descendientes de aquellos inmigrantes que un día llegaron a Buenos Aires en barco en busca de trabajo, paz para ellos y sus respectivas familias.

Necesitaron conocer una Argentina rica en todo sentido, pues les ofrecía y ofrece todo lo que quizás otros no tienen. El argentino hoy en día te abre las puertas de su casa, te ofrece todo lo que tiene y si eres extranjero te hacen sentir como en su propia casa, colmándolos de atenciones.

Argentina es tan rica que lamentablemente está mal manejada, pero el argentino aunque proteste, rezongue y grite, es su Argentina.

Ese sentimiento que jamás cambia en los hijos que la habitan y los que se han ido.

El argentino tiene muchas costumbres lindas, llenas de amor y ese compartir con calidez. El argentino se levanta temprano, se va al "laburo" y allí está horas trabajando, comienza su actividad a las 8am, entre medio puede haber 15 minutos de despejarse tomándose un cafecito con leche con facturas o tostadas con manteca y mermelada o el dulce de leche y luego a seguir laburando hasta las 12 pm que es cuando vuelven a la casa a comer con la familia. A las 16.00 pm otra vez a trabajar hasta 20.00 pm, quizás algunos hacen horas extras para traer un poco más de dinero porque no alcanza.

En este momento el argentino vive en la inseguridad lamentablemente, de un montón de impuestos que debe pagar día a día en sus compras o en el pago de expensas.

Pero el argentino la sigue luchando, remando como se dice vulgarmente.

El argentino también tiene un lenguaje propio traducido en el lunfardo dado por las notas de un tango por ejemplo. El argentino le encanta las cosas simple de la vida, reunirse con la familia, con los amigos compartiendo una comida o como decía antes, el mate y las facturas en cualquier momento del día.

El argentino tiene una labia tremenda, si lo dejas es capaz de venderte hasta un libro que nunca has leído, tiene un juego de palabras y un vocabulario que es tremendo.

Algunos argentinos los domingos es sagrado, van a comer a lo de los "viejos" o van los hijos a la casa de la "nonna", no faltan los ravioles, los tallarines, alguna pasta o el clásico asadito con chorizos, morcillas y chinchulines y luego los más fanáticos al fútbol se van a la cancha a ver a su equipo favorito.

O los jóvenes que se reúnen con los muchachos para comer pizza, empanada y una cerveza Quilmes.

Y así es el argentino, todo lo comparte, se divierte sanamente, quiere a su propia gente aunque discutan de futbol, del gobierno o inseguridades o de la canasta familiar, siempre están unidos, porque Argentina es así y el hijo que hoy ha cambiado de país, su madre siempre le estará esperando con los brazos abiertos, así es mi Argentina.