En el día de ayer se presentaron formalmente, cuatro muñecos representativos de la identidad Argentina: San Martín, Belgrano, Zamba y Niña. Dos de ellos, inspirados en la historia argentina, los otros, en personajes de ficción del canal Pakapaka. En el marco del proyecto Jug.Ar, se dio a conocer este microemprendimiento. La confección de estos primeros cuatro muñecos está a cargo de dos cooperativas, que a su vez, forman parte de una red de asociaciones las cuales se dedicarán a la elaboración no solo de otros personajes de la serie, sino también de remeras.

Los muñecos. Según sus propios fabricantes, están hechos con tela de calidad, lo cual los hace resistente a la manipulación de los niños. Rellenos con vellón y caracterizados con la técnica de serigrafía, no son tóxicos puesto que se estampan con tintas al agua. Sus diseños, según se puede ver, son simples pero muy bien logrados, destacando aquellas particularidades que, como en la serie televisiva, se remarcan: rostros angulosos, vestimenta típica, entre otros. Los novedosos juguetes están destinados a niños de tres años en adelante y, para la tranquilidad de quienes deseen llevarse uno casa, cuentan con la aprobación del INTI y se ajustan a las normas de la Cámara del Juguete. Los precios de lanzamiento: Belgrano y San Martín, $150 pesos, Zamba y Niña, $120, por el momento disponibles en Tecnópolis.

Un proyecto social. La iniciativa surge de cooperativas, muchas de ellas formadas luego del 2001, cuando la crisis económica dejó sin trabajo a muchos argentinos. Para llevar adelante su concreción, contaron con el apoyo de los Ministerio de Industria, Cultura y Educación. Además de tratarse de un trabajo social por su origen cooperativo, la veta también se puede observar en la elección tanto del objeto (destinado a niños), como de las representaciones.

Según manifestaron diseñadores y fabricantes, se trata de una apuesta a destacar el valor y la identidad nacional.

Es difícil saber si la empresa tendrá el éxito merecido, lo que sí se puede afirmar es que se trata de un proyecto novedoso que no deja librado al azar cuestiones de marketing, por ejemplo. La idea de que personajes de la historia, traspasen a la pantalla y desde allí al objeto de juego, es una buena estrategia de venta, puesto que para los niños no son desconocidos. Prontos a las fiestas de fin de año, los muñecos Pakapaka son una educativa y no menos divertida opción para colocar debajo del arbolito.