The Wall, una de las obras cumbres de la Música rock y el álbum que relanzó la carrera de Pink Floyd cumplió ayer 35 años.

El álbum recoge las obsesiones del músico Roger Waters, transmutado en la ficción en el cantante Pink. Pink, como espejo deformado del cantante, padece sus mismas angustias: la pérdida de su padre en la Segunda Guerra Mundial y la educación en colegios opresivos, con maestros con comportamientos fascistas y una madre excesivamente protectora y avasallante. Pink se hace estrella del rock y tiene problemas con las drogas, es incapaz de mantener relaciones sentimentales sanas, tiene un intento de suicidio y vive la alucinación de ser un líder neonazi.

Pink vive cada una de estas obsesiones como un ladrillo que construye un muro que lo separa del mundo. Ya a punto de caer en la locura, Pink se somete a juicio. De este sale la orden de derribar el muro y exponerse de nuevo ante el mundo regresando a la vida.

El álbum doble está construido como un concepto con una línea narrativa obvia. De hecho, la película que unos años después grabaría Alan Parker sigue prácticamente la misma estructura del disco. El actor que encarnaría a Pink sería Bob Geldof, por entonces líder de la banda The Boomtown Rats. En su éxito fueron fundamentales también las animaciones de Gerald Scarfe, con esos inolvidables martillos rojos desfilando como ejércitos o esas obsesionantes picadores de carne.

Aunque el éxito del disco fue clamoroso y sacó a la banda de un momento muy delicado en el que estaban siendo apartados del mercado por el emergente punk, Pink Floyd apenas pudo sobrevivir unos años más y se puede decir que murió de éxito. Corría el año 1985 y las relaciones entre los músicos estaban ya muy deterioradas.

Waters dejó la banda y terminó litigando con el resto de componentes sobre su derecho a seguir utilizando o no el nombre.

Con ser The Wall uno de los discos más vendidos de la historia no llegó a superar a The Dark Side of the moon. Sin embargo, su influencia ha ido más allá que ningún otro disco de la banda en el sentido de la construcción de una pieza narrativa sin fisuras, dela creación de un concepto homogéneo, que ha tratado de ser imitada, con distinto éxito, por distintas bandas en estos últimos 35 años que se cumplieron ayer.