Nelly Rivas, falleció hace un par de años en Argentina, sumida en la pobreza y en el olvido. Al morir, dejó tras de sí numerosas incógnitas y varias humillaciones. Un día de 1953, Nelly conoció al dirigente Juan Domingo Perón, un apuesto personaje. Fueron muchas las habladurías que se generaron entre la ciudadanía argentina del momento, en torno al hecho de que una joven de sólo 14 años mantuviera algún tipo de vínculo carnal con el presidente.
El que fuera defensor de Nelly Rivas, el letrado Juan Ovidio Zavala, ha sacado a la luz un libro en el que relata cómo vivió Rivas aquellos duros momentos posteriores al derrocamiento del general en 1955.
Zavala, que cuenta ya con más de noventa años, es el autor de estas memorias en las que cuenta la verdadera historia de Perón y Nelly Rivas, además de un conocido antiperonista. El abogado cuenta que al morir Eva Perón, en el año de 1952, cuando el presidente marcha hacia el destierro, tan sólo podía pensar en Nelly Rivas: "Es lo único que me queda y mi tesoro más querido".
El romance había empezado en el año 1953, cuando la Unión de Estudiantes de Secundaria hizo una visita al domicilio oficial del general. Nelly, se encontraba entre ellos, procedente de una familia modesta. Según ella misma le confesó a su abogado, se enamoró de él en ese mismo instante. Su acercamiento posterior a Perón fue muy rápido, ya que empezó a cuidar de los perros, las mascotas de la familia y le fue asignado un cuarto que había pertenecido a Evita.
Sin embargo, la relación no fue muy larga. Cuando se produjo el golpe de estado en el 55, Nelly queda completamente desvalida. Cuando Perón se marcha le obsequia con varias alhajas y algo de dinero, según prueban algunas misivas que el presidente envió posteriormente en las que inducía a la mujer a mantener la calma, prometiéndole una vida mejor muy pronto.
Con todo el revuelo que se generó en aquellos caóticos días, Nelly intentó buscar refugio marchándose del país, sin embargo, fue detenida en los límites de Argentina e ingresó en una residencia para jóvenes meretrices. "Ahí fue donde lo perdí todo" testificaría después Rivas ante Zavala. El abogado, defendió a Nelly, que pedía una devolución de las posesiones que le habían sido requisadas durante el golpe de estado, y según él, el proceso estuvo plagado de multitud de anomalías judiciales.
El fin de la publicación de este libro, dice Zavala, es devolver el honor a la figura de Nelly Rivas, denunciando las injusticias que se cometieron contra ella. Tras los años, Rivas contrajo matrimonio y tuvo descendencia. Al regreso de Perón a Argentina en 1973, Nelly fue a su encuentro, llevando a su lado a su marido. Perón, murió poco después, pero al menos volvieron a verse. En los tiempos que siguieron, la historia se diluyó cada vez más, dejando en el olvido a esta mujer, humillada y en la pobreza. Nelly, antes de morir, le confesaba a Zavala que ni siquiera había podido enterrar los restos de su esposo por las dificultades económicas que atravesaba.
La vida, no tuvo misericordia con Nelly Rivas, ella sólo era una mujer aterrada y tremendamente apenada. Según sus propias palabras "nadie podrá entender nunca todo lo que he sufrido".