En el antiguo Egipto los gatos eran estimados como sagrados, debido a que se los relacionaba con la diosa Bastet, representada a través de la figura de un felino o tan sólo de su cabeza con el cuerpo de una mujer. Se la consideraba protectora de los hogares y proveía de armonía y felicidad a sus habitantes.
Sin embargo, en la Edad Media se los relacionó a todo tipo de brujerías, llegando a extremos inimaginables que incluían su muerte. Con el correr del tiempo, si bien menguaron estas creencias, todavía hay quienes sostienen que traen mala suerte.
Este sería el caso concreto de los gatos negros, a quienes se les asocia el mal augurio en el caso que se crucen delante de alguien.
Si hay algo que debemos tener en cuenta, es que estos Animales son tan cariñosos y amorosos como cualquier otro. No son portadores de desgracias ni nada semejante. Por el contrario, tener un felino en casa nos ayuda a transformar las energías negativas que tenemos tanto los humanos como también el entorno en el que nos encontramos. Si prestamos atención al comportamiento de nuestra mascota, podremos notar que existen momentos en los cuales ellos miran un punto fijo, a la nada misma podríamos decir. Es ese el momento en el cual logran ver algo, que ante la simple vista humana resultaría poco probable de ser notado.
Cuando ellos duermen a nuestro lado, lo hacen simplemente para protegernos de aquellos espíritus o agentes externos que no podemos notar. Por ello, cada vez que duermas y sueñes con tu gato o con alguno que no conoces, puedes quedarte tranquilo porque están cuidándote. Ellos son el nexo entre el mundo físico y el espiritual.
Por esta razón, en los viajes astrales que solemos hacer mientras dormimos nos acompañan, incluso sin que a veces notemos su presencia. Se ha podido comprobar que en el momento en que tenemos una pesadilla nuestro felino puede sentirlo, e incluso llegar a despertarnos para que se termine esa angustia al soñar.
Por ello, cada vez que sientas hablar de estos animales con miedo o desprecio, sólo recuerda que son seres extraordinarios que llegan a tu vida para mejorarla.
Y, si por casualidad algún gatito llega a tu hogar, bríndale un espacio para que se quede, y si no puedes, ayuda a encontrarle un hogar. Seguramente estarás necesitando un cambio de energías y terminarás por agradecérselo.