El 18 de noviembre de 1997 el emblemático cantante de INXS, Michael Hutchence, fue encontrado ahorcado en la habitación de un Hotel en Sidney por una empleada doméstica. Luego de varios intentos de llamar a la puerta en vano, la mujer decidió abrirla y se encontró con un cuarto digno de cualquier estrella de rock, cama sin hacer, botellas de alcohol vacías por todas partes y medicamentos en el piso. 

Hasta ahí, todo "normal", lo que nunca imaginó es que en medio de todo ese caos iba a estar Michael Hutchence, ahorcado  y no sólo eso, sino que tenía alrededor de su cuello un cinto de piel, predispuesto de tal forma que parecía una serpiente real. A los 37 años de edad ¿Le había decidido poner fin a su vida? o ¿nunca pensó en suicidarse y se les fue de las manos?.  Es natural que ocurran diferentes afirmaciones luego de la muerte de una persona jóven y más si a simple vista parece exitoso y feliz.
Un año después de su muerte, las pericias dieron por resultado que el cantante australiano se había suicidado, y que como consecuencia de una depresión que venía acarreando decidió mezclar alcohol y pastillas para luego ahorcarse. Sin embargo, siguió la hipótesis de que en realidad no se había querido suicidar, sino que fue un juego masturbatorio en el que se puso el cinto en el cuello para que en el acto le falte oxígeno y obtener así placer.

No es descabellado pensar en esta última, ya que Hutchence, estaba atravesando un gran momento justo cuando su vida se terminó, se encontraba a punto de festejar 20 años junto a INXS y tenía, fruto de una relación con la conductora Paula Yates, una hija de poco más de un año, llamada  Heavenly Hiraani Tiger Lily Hutchence. Según cuenta una nota de la revista "Efe Eme", el nombre fue elegido en familia: el padre eligió “Hiraani”, la madre escogió “Tiger Lily” y la hermana pequeña se decantó por “Heavenly”.  

Esta hija que tanta alegría le había dando, cuentan que fue el motivo de su mayor depresión, es que por un impedimento de Bob Geldof (el ex marido de Yates) con el que tenía dos hijos en común, ella no podía viajar a donde se encontraba Michael, para que la vea y estén juntos.

Aunque aún no queda del todo cerrado el motivo de muerte, a casi 18 años, la hija del mítico cantante no tendría su herencia. Además su madre murió en el 2000 producto de una sobredosis de heroína y fue Geldof el que decidió hacerse cargo de ella.

Rhett Hutchence, el hermano del fallecido declaró a la revista "New Idea": "Si Michael se encontrara entre nosotros ahora mismo, estaría indignado con el reparto tan injusto que se está haciendo de su dinero y de sus bienes. El trato discriminatorio que se le está dando a su única hija con todo este tema de la herencia es deplorable, y demuestra que quienes deberían asegurarse de que Tiger reciba todo lo que necesita no están haciendo su trabajo como deberían. Ya sea por la situación legal de Tiger (la paternidad de Geldof) o por los intereses privados de estos administradores, el caso es que se está cometiendo una auténtica atrocidad con su legado".

Rhett afirma con convicción que los derechos discográficos de autor y las propiedades que poseía, rondaban en 1997 la cifra de, nada más ni nada menos, 20 millones de dólares. Y que este monto se fue reduciendo hasta el día de hoy, a su entender, por los mismos que manejaban la carrera musical de su hermano. Sin embargo Andrew Paul, el representante legal de Michael, asegura que los fondos están invertidos en un banco y que todavía no se puede tener acceso a ellos porque el legado no corresponde a una sola persona, sino que al sello discográfico de INXS. Mientras tanto, la hija de Michael Hutchence debería seguir esperando para poder cobrar su justa herencia. Queda así demostrado que no siempre por "ser hija de" la vida está resuelta.