Cuando alguien tiene ganas de superarse a sí mismo y lo desea lograr, lo hace sin más y si uno está acompañado frente a una meta mucho mejor. José Antonio Medina, de 51 años de edad, y su hijo Gonzalo Medina, de 19 años, han terminado ambos el secundario juntos: padre e hijo comentaron al Diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca. Sus calificaciones fueron sobresaliente. José Antonio, además, es taxista de profesión y se repartía entre el trabajo y el estudio y eso es digno de destacar.

Pero el tiempo todo pone en su lugar, Gonzalo se negaba a estudiar y su padre tomó una decisión que hizo cambiar a su hijo el modo de pensar.

José Antonio quiso ser un ejemplo para su hijo y así fue. Así también pasó con Benito Quinquela Martin, que después de muchos años, amén de ser un gran artista pintando, comenzó a estudiar la secundaria de noche y se recibió en aquel entonces de Perito Mercantil.

José Antonio es un hombre tucumano que tomó la iniciativa de adoptar la ciudad de Bahía Blanca, oriundo de Tafí del Valle se apuntó en el turno noche en la Escuela Secundaria Nº 16 para estudiar. Se había apuntado en el turno noche porque así le daba tiempo para trabajar durante el día y en la noche estudiaría. Los tres años fueron intensos pero fructíferos al final, porque descubrió un nuevo mundo. Inclusive tiene a debate elegir una de las dos carreras que desea elegir para su futuro: licenciatura en Historia, en la Universidad Nacional del Sur, e Ingeniería Eléctrica, en la Universidad Tecnológica Nacional.

Si bien se apuntó a las dos carreras, no sabe si por su edad podrá ejercerlas, pero es tanta la motivación que sigue motivado para ser ejemplo de sus hijos a seguir el camino del estudio. Cuenta que comenzó a trabajar a los 15 años en el sector empaques en una farmacia de Mar del Plata, también fue repartidor de revistas, empleado de negocio de autopartes y en una estación de servicios hasta hizo changas hasta que se convirtió en remisero.

Como todo joven, cuando empezó a trabajar y ganar dinero, lo prefirió a estar estudiando, que luego cuando vio a su hijo Gonzalo dejar los estudios por un momento, se había arrepentido de aquel pecado de juventud y era una asignatura que tenía pendiente. Aunque confiesa que sintió algunos prejuicio de tema generacional. Pero luego se lo pensó bien y dijo: ¿Por qué no intentarlo?

La fe mueve montañas. La materia que le gustó más fue Historia, muchos períodos los había vivido en carne propia, aunque la materia Inglés no se le dio mucho pero hoy maneja 50 palabras como mucho, se defiende. Ahora ansía poder llegar a ser un profesional en un futuro y que su esfuerzo deje sus frutos