500 mil desocupados condenados a vivir indignamente; ¿qué dicen las estadísticas?
Según el Instituto de Estadísticas y Censos de Argentina (INDEC), el índice de desocupación es del 6,9%; según datos de organismos privados, del 12%. O sea, estamos hablando de una franja de entre 1,5 millones y 2,5 millones de desocupados en el país. Si atendemos las cifras que aporta INDEC -1,5 millones-, hay aproximadamente 500 mil desocupados con edad superior a los 45 años, o sea el 33% de ese porcentaje.
Otro informe asegura que únicamente el 11% de las empresas del país tienen políticas implementadas para contratar trabajadores de más de 45 años, dependiendo de factores tales como la falta de mano de obra en el mercado, el oficio, la experiencia, etc.
El 33% es para tener en cuenta, ya que la cantidad de firmas que aplican regímenes para no dejar fuera del sistema laboral a personas con una edad mayor a lo normalmente solicitado es poca. He leído muchos avisos clasificados de oficios pedidos y en ninguno he visto que soliciten a una persona mayor de 45 años.
Somos 500 mil desocupados que estamos condenados a vivir indignamente, porque no hay una política de Estado referente al tema. Tampoco lo dice ninguno de los candidatos, que proliferan por este tiempo de elecciones; o por lo menos no lo he oído.
Estamos condenados a trabajar en ''changas'', por cuenta propia, cosa que el único responsable seas vos. Nadie te quiere dar Trabajo por miedo a que te suceda algo y termine siendo un dolor de cabeza; todos prometen y dicen "Vamos a ver qué podemos hacer".
No hay sinceridad en esto; se trata de promesas que jamás se cumplirán.
Estamos en el mundo al revés: cuanto más protección necesitás, más desamparado estás. A esta edad aparecen las consecuencias lógicas del tiempo, que repercuten en tu físico. Al no haber preocupación dejan a la deriva nuestra vida y debemos arreglárnosla como podamos, ya que no hay una organización que defienda los derechos de tanta gente.
Estimados desocupados, me parece que tenemos que comenzar de alguna manera a juntarnos para ser oídos; no puede ser que dejemos nuestra vida a la buena suerte o a la mendicidad por culpa de terceros.
Estamos tan divididos que hacen lo que quieren con nosotros, porque gritar solos no sirve y quedarnos callados no soluciona nada.