España vive estos últimos días en campaña electoral, un gasto de dinero terrible para un país que todavía acusa los achaques de una de las mayores crisis de su historia. El caso es que la maquinaria electoral no entiende de crisis y todos los partidos en la medida de sus posibilidades intentan poner toda la carne en el asador.

¿Este gasto de dinero sirve para algo? podríamos hablar de que es un símbolo democrático y que es una inmejorable manera para conocer las propuestas de los políticos. La realidad es que rara vez valen en la práctica para algo, es complicado convencer a las personas cuando en muchos casos saben que votarán a su partido de toda la vida o al que ya tienen decidido depositar su confianza.

¿Para que valen los mítines y esas absurdas fiestas de propaganda electoral? la gente que acostumbra a asistir son votantes ya entregados al candidato y van casi más por verle e ir a pasar un rato. Imaginarse a un votante del PP en un mitin de Podemos es como poco complicado. El candidato sale al estrado e intenta convencer a un público que sabe que le votará y que aplaudirá todo lo que diga...

Una de las armas que tienen los políticos para defender las campañas electorales es que además de un derecho es importante informar al electorado de sus propuestas, algo que se podría solucionar con las cartas, email o haciéndolo por internet pero no, hay que gastar dinero y derrochar. Coches "tuneados" del partido, globos, folletos, caramelos y demás parafernalia acuden cada cuatro años a la cita.

Terminando con esta reflexión ¿alguna vez se paran a observar los jóvenes de las nuevas generaciones del partido que sea? inmaculados, cada uno fiel representante del perfil de votante y que aplauden totalmente convencidos. Teatro puro teatro, el mismo con el que gente que no pisa un mercado de barrio le toca hacerlo para pedir el voto.

Ojalá en un futuro todo este teatro desaparezca, las campañas electorales no valen para otra cosa que derrochar recursos y montar un espectáculo que bien podría dedicarse a obras sociales o de diversa índole.