Recientes estudios comprobaron que asumir la verdadera identidad sexual favorece el rendimiento laboral. Las empresas más prestigiosas del mundo, desde el departamento de Recursos Humanos, se dieron cuenta que las personas que son abiertamente gay son más exitosas, eficientes y sociables. Por el contrario, quienes esconden sus verdaderas preferencias no alcanzan todo su potencial profesional.
Peor aún, terminan haciendo los trabajos que nadie quiere hacer: son mucamas, meseras, recolector de basura y demás empleos desagradables.
La razón de ese fracaso personal se debe a que muchos individuos gay ponen mucha energía escondiendo su identidad sexual y aparentando ser lo que no son. A eso se le suma el mobbing, término anglosajón que significa 'agresión y/o acoso laboral'. Eso es lo que sufren las personas gay en su trabajo, cuando se descubre su verdadera orientación sexual. Muchos seres inescrupulosos sienten placer al revelar lo que su compañero estaba escondiendo y usa esa información para manipularlo y agredirlo delante de todos.
En los principales países occidentales se ha legalizado el matrimonio entre personas del mismo género. Esa realidad es llevada al mundo laboral y los directivos de las empresas quieren que todos rindan en sus puestos, no sólo los heterosexuales. Es por eso que se busca encontrar un clima de trabajo ameno para que todos se sientan cómodos y pongan toda su energía en sus actividades y no estén ocupados en aparentar una mentira. Lo más importante es conseguir que la vida privada de un empleado no interfiera en el logro de sus objetivos.
En el mundo laboral informal, la Discriminación contra la comunidad gay es más acentuada, dado que no tiene un marco legal donde las víctimas puedan quejarse. También ocurre la autodiscriminación, es decir que muchos homosexuales ni siquiera se postulan para buenos empleos porque dan por hecho que nunca los van a llamar. Como consecuencia no consiguen canalizar todo el potencial profesional, por el cual estudiaron.