Ayer a la tarde Pokemon Go llegó a la Argentina y Latinoamérica. Quienes lo esperaban con desesperación están felices porque al fin tendrán en sus manos el jueguito que enloquece al mundo. La aplicación ha sido criticada alrededor del globo porque las criaturas virtuales que hay que atrapar aparecen en lugares insólitos: cementerios militares, centrales nucleares, hospitales, etc. En todos los países, en especial los desarrollados, han tomado medidas de precaución y severas advertencias a quienes se acerquen a 'lugares prohibidos'. Es que la aplicación de Nintendo fanatiza a todos sus usuarios, sin importar nacionalidad, religión, raza, edad o condición social.
En el caso argentino, se sabe que la gente se volverá adicta a la aplicación, pero el problema es quelos mecanismos de control siempre fallan en nuestro país.Pokemon Go llegó hace unas horas a la Argentina y ya se registraron robos porque los delincuentes aprovechan la distracción de los usuarios. Se sabe que seguramente se prohibirá que la gente juegue en determinadas locaciones pero igualmente habrá quienes se arriesguen y lo hagan. También se sabe que nadie lo evitará y así empezarán los problemas, porque si en países desarrollados les cuesta controlar a Pokemon Go, acá será peor.
El juego fue lazado oficialmente el 18 de julio y ya superó los 100 millones de usuarios. Su furor es comparable a Facebook, Twitter, o los juegos de realidad virtual, entre otros.
Pokemon es un animé japonés de la década de los 90 que tuvo gran éxito televisivo, cinematográfico y de mercadotecnia en general. Los ejecutivos de Nintendo, su compañía creadora, lo relanzaron este año a través de este juego de realidad aumentada, el suceso extraordinario que tiene superó ampliamente las expectativas de la empresa.
Líderes del mundo como Hillary Clinton o Donald Trump lo usan en beneficio propio para captar votantes.
Pokemon Go pareciera a simple vista un juego para niños, pero la realidad es que atrapa a todas las edades, igualando a todos en su fanatismo.