Finalmente en el día de paro nacional impuesto por la CGT, la gendarmería y la policía actuó y reprimió legítimamente a los piqueteros encapuchados y armados.
Tal como adelantó la ministra de seguridad Patricia Bullrich en tempranas horas del jueves, en el día del paro se aplicará el protocolo anti piquetes. Más de 400 oficiales de policía y más de 2000 oficiales de gendarmería fueron destinados a reprimir y desalojar la oleada de piquetes y cortes de ruta y accesos en diferentes puntos de la capital y el Gran Buenos aires, pero el foco más candente de la represión se produjo en Panamericana y 197 donde gendarmería utilizó camiones hidrantes, gases lacrimógenos y golpes de palo, contra los violentos manifestantes.
“Por suerte acá estamos trabajando” fue la frase del día de Mauricio Macri en el discurso de apertura del foro económico latinoamericano realizó en el Hotel Hilton en Buenos Aires, donde grupos de izquierda y movimientos sociales se presentaron para manifestarse en contra de las medidas económicas del gobierno. Mientras tanto las calles de Buenos Aires estuvieron vacías de actividad debido al paro general de transportes, sin embargo se conocieron algunos incidentes como colectivos tomados y locales de comerciantes independientes damnificados, por no adherirse al pero.
El locutor de radio Baby Etchecopar exclamó “Gracias a dios que reprimieron” y defendió así como muchos Argentinos vía redes sociales el accionar de gendarmería y la policía aplicando el protocolo y desalojando a los manifestantes, que se presentan con una postura de representación “del pueblo” sin embargo, ya no se ven banderas ni de organizaciones sociales ni de organizaciones apolíticas, sino de organizaciones golpistas, donde los manifestantes tienen las caras tapadas, y van armados con palos y piedras.
En una Argentina convulsionada donde el paro nacional detuvo el país provocando millones en pérdida, el gobierno decidió de una vez por todas tener una postura firme frente a los extorsionadores cortadores recurrentes de calles y accesos como no se había visto. Muchos referentes kirchneristas y gremialistas acusaron al gobierno de tomar medidas antidemocráticas, sin embargo así como la constitución lo avala, obstruir el tránsito en una calle pública es un delito, y debe ser reprimido para que el país pueda funcionar de forma normal.
La costumbre de cortar calles se volvió habitual, pero en la nueva Argentina de cambiemos esa actitud ya no será tolerada por las autoridades de seguridad.