Se acerca el momento de definirlas alianzas antes de la fecha límite para presentar candidaturas. Eloficialismo sigue con su increíble capacidad de resurgir permanentemente comoel ave Phoenix, o quizás nunca estuvo tan perdido como se creía. Lo cierto esque con diferencias más o menos marcadas, tendrían al momento al menos elcincuenta por ciento del caudal de votos a nivel general. Scioli representandoal oficialismo -mal que le pese al sector más duro-, y con un Randazzo que sepresenta como un gestor “eficaz” que no podría ganar per se, pero que su permanencia hace oscilar el amperímetropolítico.
La situación de Massa está enfranco declive, tanto por el éxodo de intendentes como por la recuperación delkirchnerismo. Se han llevado a cabo varias reuniones en Tigre, donde se estaría analizando la posibilidadde una alianza con Macri que circunscriba a Massa a la provincia de BuenosAires donde se encuentra casi la totalidad de la intención de voto queposee, que según las mismas encuestadoras rondaría el 15 por ciento. Podría irel mismo Massa o alguien que él designe y también le brindaría al tigrense uncupo determinado en el Congreso.
Claro está, no hay que olvidarsede Mauricio Macri. Éste se mantuvo hasta ahora firme en no consolidar ningunaalianza con el Frente Renovador, para en el caso de perder las eleccionesmantener cierta coherencia.
Pero lo cierto es que a Macri no le cierran losnúmeros en el mayor distrito del país que es el foco de caudal de votosmayoritario de Cristina Fernández.
Varios asesores de Macri, entreellos el ecuatoriano Durán Barba, habríanse reunido para tratar de convencer altitular del Pro, no sólo de la necesidad de una alianza por una simple ecuaciónmatemática, sino para darle a la ciudadanía una imagen de cambio real, cuasirevolucionario, donde la moderación y el consenso marcan la nueva forma dehacer política luego de doce años –principalmente los últimos ocho-, deconfrontación y división social.
Por cierto Macri tiene variasdecisiones que tomar, ya que él debería pedirle a María Eugenia Vidal que sebaje de la candidatura, luego de todas las argumentaciones que brindó respectoa las capacidades de su elegida.
Tanto Sanz, como la mismísimaElisa Carrió –luego y a pesar de la dura posición de ésta última respecto alintendente de Tigre-, habrían aconsejado a Macri en el mismo sentido ya que laconsigna número uno es ganarle al kirchnerismo, para lo cual cualquier alianzaes válida.
Pero no sólo eso, está en juego la gobernabilidad de Macri si ésteaccede a la presidencia y para esto, también es útil la alianza con Massa porla mejor cintura política que posee el intendente de Tigre con los intendentesperonistas.
Si bien Macri aún no definióquién lo acompañaría como vicepresidente, estaríaevaluando seriamente la candidatura de Gabriela Michetti para acompañarlo,y si ésta acepta presentaría la fórmula en principio dentro de su mismopartido.