No era un Jueves cualquiera; Había una sensación de vientos de cambios, desde unos días atrás. La derrota había dejado muy sensibles al mundo oficialista. Como siempre se anunciaba desde el mediodía el show de la cadena de Cristina- un par de horas nada mas- Al ver imágenes de la plaza de Mayo algo colmada en la entrada a la Rosada, hasta el caballo enano de Belgrano.
Estaba esa resignación “te banco en las malas”. El cotillón en su máxima expresión. Esuna de las ultimas misas de la líder. No faltaban las remeras con la famosa leyenda de "La Campora"
Me pico la curiosidad por entrar- Mirando el portón de entrada- iba a ser un poco más difícil, porque había que ser invitado de las agrupaciones, y no me daba para hacer más de hora de cola.
Estaba por retirarme, hasta que el portón de acreditados Me dije: “prepara el paracaídas". Había desesperación por entrar. El apuro de unos, empujaban hacia las rejas como si la "faraona" hablara por ultima vez. El encargado, se calentó “basta carajo, o no entran”, abrió la reja, y en entre, no tuvo ni tiempo de verificar ninguna acreditación. igual había que pasar los controles internos, con el detector de metales- apenas un manojo de llaves-. Ni me acerque a la ventanilla, si no tenía nada que hacer ahí.
Me acerque a la puerta delpatio de las palmeras, donde retumbaba el clásico: “vengo bancando este proyecto”. Me acerco a la puerta, me piden acreditación y rápido veo que un pelado- seguro funcionario de tercera línea- ( el primero en huir antes de la cadena) se alejo 10 metros, “vengo con el”- señalándolo- milagrosamente pase, atravesé ese pasillo donde en el medio estaban los militantes gritando y moviendo banderas.
Una linda escalera de mármol me dejo en un primer piso donde la burocracia mediática y estatal en el salón de al lado del "salón de las mujeres": donde Cristina se aprestaba a salir. Todo estaba retrasado.
Todo listo para que Ella entrara por esa doble puerta secreta, donde se podía ver a los grandes derrotados de ese Domingo, a los saludos entre si.
El aburrimiento era notable hasta que saliera a escena, se podía ver el salón Martin Fierro, con los de la “Camporita”(versión de secundario)
No faltaban los insultos a una conocida periodista, por no "bancar". Es un lugar incomodo, para alguien que no profesa esos dogmas que imponen los tóxicos liderazgos personalistas. No faltaban las esculturales "garrochistas olímpicas", de algún funcionario en "retirada".
se veian caras esperando la distracción para rajarse, antes de comenzar la cadena: “con lo que Cristina hizo por ellas, mal agradecidas”, diría uno, si las cruza bajando.
Todos se ponen de pie con la clásica “V”, desde el vidrio se puede ver la excitación: comienza el monologo en vivo, con la “videoconferencia”. Percibo a los que ni les importa lo que dice (lo importante es figurar y dar el presente) según el que charla distendido de espaldas a las TV. Hoy no hay comida, el clima no da.da la sensación que a partir del 22 del Noviembre van estar "disponible" al próximo- sea quien sea- hay que sobrevivir. Se vienen Tiempos duros.
Al pelado con el que entre, lo veo que raja y aprovecho para salir de ahí, ante todas las sensaciones emocionales, como el miedo de ver algún conocido.
En la retirada, no deje de admirar los retoques estéticos con exagerados tintes “ pop”. El mismo camino de entrada, con cambio de puerta (lateral)
El soplo de aire que largo cuando estoy en 25 de Mayo, por la peatonal encaro hacia la terminal de Retiro