Con el 99% de las mesas escrutadas, la aplastante victoria de cambiemos sobre el Kirchnerismo y el peronismo es irreversible, afianzando su gobernabilidad.

Luego de de revelados los resultados de las PASO legislativas, en la cual Cristina Kirchner se impone en la provincia de Buenos Aires, los augurios para la campaña de cambiemos eran oscuros, considerando ciertos errores y desaciertos de comunicación, como el caso Maldonado que bien fue un arduo intento de la oposición más radical por ensuciar su nombre previo a las elecciones, sin embargo se revelaron varios datos inesperados.

El respaldo del electorado fue contundente, Cristina Kirchner perdió en su zona de confort que era la provincia de Buenos Aires por una diferencia de cuatro puntos contra Bullrich, el candidato de Cambiemos. Asimismo, en Santa Cruz el kirchnerismo nuevamente perdió contra el oficialismo, lugar donde Alicia Kirchner tuvo que votar custodiada por más de 40 oficiales del ejército Argentino para evitar el linchamiento local.

Otro dato resaltante fue la pésima campaña de Sergio Massa, el cual quedó completamente eclipsado por la polarización entre Cambiemos y Unidad Ciudadana. Incluso en su propio partido de Tigre, bajo el cual siempre apoya sus eslóganes y es su principal bastión de poder, quedó en tercer lugar detrás de ambas fuerzas que canalizaron la mayoría de los votos del electorado.

Por otro lado, en la provincia de Salta, todo el gabinete de Juan Manuel Urtubey renunció tras la derrota de su candidato Andrés Zottos frente a Martín Grande, candidato del oficialismo, demostrando que el peronismo dialoguista y menos confrontativo, no es una opción viable para el electorado.

Florencio Randazzo también fue derrotado frente a Cambiemos en su propio distrito de Chivilcoy, con lo cual cada partición del peronismo, más o menos grises u opositoras, divididas en fracciones fueron un fracaso rotundo.

El kirchnerismo ahogado en su derrota, disminuido a ser un partido municipal, ya que su derrota provincial demostró que no regresaran jamás a tener el poder que hosteran una vez, negándose a dialogar con el peronismo, monopolizaron el voto tajantemente opositor. Sin embargo, siguen siendo una minoría en extinción, sin mencionar las causas de corrupción que pesan sobre cada exponente del movimiento de la ex presidenta.

Sin duda, el Gobierno cuenta con el apoyo popular y no es inusual. Tanto Alfonsín como Menem y Nestor Kirchner en las primeras elecciones luego de su victoria presidencial mantuvieron su mayoría electoral, pero las reformas laborales que vislumbra una posible flexibilización laboral, junto con el ajuste y la inflación que aun el gobierno no logra cesar, plantea un panorama bastante oscuro para el futuro cercano.