El gobierno de cambiemos se vislumbra ganador en las elecciones legislativas de octubre. Sin embargo, el futuro político de la Argentina aún es incierto.

En las PASO legislativas de agosto, Cambiemos, aunque salió airoso de la mínima derrota figurativa frente a la candidata multiprocesada judicialmente Cristina Kirchner, no planteó ciertamente una postura política o una construcción de gobierno clara para lo que queda de gestión. La base de la campaña al igual que en la mayoría de los partidos políticos actuales de nuestro país se define en base a la negación del otro, en este caso, del apocalíptico kirchnerismo renacido en la corrupta Unidad Ciudadana kirchnerista.

Desde el comienzo, el gobierno de Cambiemos tomó medidas antipopulares, pero ciertamente necesarias para despegar a la Argentina de la inmundicia dejada por el ex gobierno K. Sin embargo, los frutos de dichas políticas están lejos de visualizarse fuera de lo superficial. Las decisiones tomadas por el presidente Macri frente a su gabinete y a los problemas más aquejantes y apremiantes del país, demuestran una frágil cintura política, y deja amplio margen a la oposición peronista y kirchnerista que busca carroñar el voto incierto y recuperar el poder que tanto anhelan.

Las pobres propuestas políticas en estas elecciones legislativas, deja entrever no solamente el pobre o nulo proyecto de país para Argentina a largo plazo, sino la disgregación de la mayoría votante, y aún más la grieta bipolar que no cierra entre Macristas oficialistas, y oposición Kirchneristas/Peronista.

Esta dualidad que boicotea nuestro país solamente logra hundirnos más y alejarnos del progreso tecnológico, económico y principalmente social que necesita el país no solamente para el bienestar mayoritario, sino para poder proveer por fin las necesidades mínimas a la población.

Las política económica basada en el endeudamiento en lugar de la emisión no logra frenar la inflación que carcome día a día el bolsillo trabajador en especial de la clase media, sumado a la viral inseguridad de la cual el gobierno intenta día a día frenar, pero sin políticas frontales directas, la violencia en los robos sólo prolifera en los barrios bajos del conurbano bonaerense.

Así como también no se detuvo el avance de la droga en la provincia, y los casos de corrupción siguen inconclusos o varados.

No solamente los votantes oficialistas, sino más fundamentalmente los de la oposiciones, necesitan replantearse sus valores a la hora de presentarse frente a la urna en octubre, para evitar el lejano, pero inminente colapso nacional.