En septiembre de 2014 la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud) recomendó cambiar dos de las tres cepas del virus de la influenza contenidas en la vacuna antigripal, a aplicar en el hemisferio sur para prevenir los posibles casos que se presentarán en el invierno del corriente año. Esto motivó que la disponibilidad de la vacuna se retrasara, por lo que estará disponible a partir de este mes de abril.
En Argentina se vacuna a las personas comprendidas en los grupos de riesgo en forma gratuita.
La actualización periódica de las cepas, incluidas en las vacunas antigripales, es necesaria para que sean efectivas, ya que los virus de la influenza presentan constantes mutaciones.
La vacuna antigripal debe ser aplicada a las personas con más riesgo de sufrir complicaciones graves como ser:
- El personal de salud.
- Los adultos mayores a partir de los 65 años.
- Las embarazadas durante todo el embarazo.
- Las puérperas durante los 6 meses posteriores al parto si no la recibieron durante el embarazo.
- Los niños de 6 a 24 meses.
- Enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas.
- Diabetes.
- Inmunodeficiencias.
- Obesidad.
- Insuficiencia renal crónica en diálisis, o con expectativas de ingresar a diálisis en los siguientes 6 meses.
- Retraso madurativo grave (menores de 18 años).
- Síndromes genéticos, enfermedades neuromusculares con compromiso respiratorio y malformaciones congénitas graves.
- Tratamiento crónico con ácido acetilsalicílico (menores de 18 años).
- Sanos pero convivientes con enfermos oncohematológicos y niños prematuros.
La vacuna antigripal debe aplicarse todos los años dado que la inmunidad que confiere dura entre 6 a 12 meses.
Puede administrarse a partir de los 6 meses de vida; los niños de 6 meses a 8 años inclusive, deben recibir dos dosis con un intervalo mínimo de 4 semanas.
Precauciones: No administrar ante la presencia de fiebre, antecedentes de Síndrome de Guillén Barré o reacciones alérgicas graves con dosis previas a alguno de sus componentes o debido a la ingesta de huevo.