Al hablar de sueños, es muy importante abordar su punto de vista evolucionista. Es decir, por qué están, por qué surgen, por qué soñamos y no se produce otro fenómeno al dormir en lugar de eso; o simplemente, por qué no dormimos totalmente inconscientes hasta despertar.
Y, aclarando antes que existe más de una y que estamos hablando de sólo algunos tipos de sueños, la teoría de la simulación de amenazas (Threat Simulation Theory) del neurocientífico Antti Revonsuo (profesor en Finlandia y Suecia), es una propuesta interesante.
Él dice que el sueño está para producir eventos amenazantes para poder ensayar/practicar, de manera ficticia, tanto su percepción (una especie de exposición, para que, enfrente de ellos en la vida real, la ansiedad con que se enfrenten sea menor), como su evitación (es decir, el modo en que podríamos escapar de ellos, sobrepasarlos, sortearlos).
Esto va en beneficio de nuestra supervivencia, y el sueño había sido seleccionado por la naturaleza, por sobre otros fenómenos, para poder adaptarse mejor a los cambios y superarlos, a lo largo de la evolución.
Algunos de los motivos por el que Revonsuo llega a esta teoría, son los sueños similares y recurrentes en niños y adultos, en las pesadillas, y en los que ocurren luego de sucesos traumáticos. Hay sueños que repiten un patrón o desafío de fondo, si bien cambian los elementos en cada persona; no es tan al azar, y esto apoya a esta teoría. Y por otro lado, al vivir nosotros un trauma, algo que nos dejó con elevada ansiedad un día, el sueño estaría también para revivirlo y ensayar ahí cómo afrontarlo, y en la vida real estar más preparados para algo así.
Fuente: Felipe Martínez, Psicólogo