Omar Obaca quiere hacer historia y, como su par norteamericano Barack Obama, quiere revolucionar a la Argentina siendo el primer presidente negro. Según su discurso busca solucionar los típicos problemas de los ciudadanos como por ejemplo, el cepo al dólar, la inseguridad, la educación, la corrupción, la industria y la inflación, entre otros temas que han rondando en la cabeza de la gente este último tiempo.
Sin embargo, todo esto es una utopía ya que Obaca es un actor de un canal de televisión online llamado FWTV que parodia a los candidatos políticos en sus épocas de campaña como Fernando de la Rúa con su famosa frase “dicen que soy aburrido” él la cambia por “dicen que soy negro”. También ironiza la “V” de Victoria reemplazándola por la “W” de Winner (ganador en inglés). Además hace un juego de palabras con su color de piel y el voto en negro, el cuarto oscuro, la bandera celeste y negra y además uno de sus slogan es “el negro sí puede” haciendo referencia a la popular canción del “manosanta”, interpretado por Alberto “el negro” Olmedo, llamada el “negro no puede”.
Sus spots tienen las características típicas de una campaña común y corriente. El candidato hablando a cámara, la pantalla verde de efectos especiales utilizada para imágenes acordes al contenido en cuestión, sócalos y música de fondo con su nombre y el año electoral. Además se puede apreciar otro slogan que dice “Hacé historia. Votá al primer presidente negro de la Argentina”. Inclusive da a conocer su propuesta en un tono serio hasta llegar a un punto en el que se lo ve más amigable con el público para luego retomar la formalidad.
Esta “campaña electoral” se difunde a través de las redes sociales más frecuentadas como son Facebook y Twitter pero también en medios tradicionales como la radio, los diarios, brindando entrevistas y la televisión siendo partícipe de programas emitidos en C5N y América TV.
Irónicamente, aunque bastante alocadas, tiene más propuestas que otros “competidores” que solo se preocupan en defenestrar al otro, salir en los programas de entretenimiento para mejorar su imagen pública, pero no se los escuchó hablar de propuestas sino de soluciones sin contenido ni con un objetivo fijo.