En Italia hay personas que, preocupadas por el prójimo, comenzaron a pedir comida pendiente para las personas que necesitan de alimento y no pueden pagarlo. Por ello hicieron la iniciativa de café pendiente.

Esta idea invita a realizar una acción solidaria, basada en la confianza y el compañerismo de los civiles: consiste en pagar anticipadamente un café a alguien que no tiene recursos para comprar una taza de café caliente. Actualmente quienes realizan esta obra de caridad han llegado a comprar no solo café sino comida también. La iniciativa surgió en Nápoles, Italia, con el nombre de "Caffe Sospeso" y gracias a las redes sociales y el internet se ha extendido hasta países como Argentina, México y Chile, entre otros.

Si algún establecimiento de comida o bebida desea participar o ya se encuentra unida a esta iniciativa, tendrá el logotipo en donde la gente lo pueda ver, el cual es el dibujo de una taza de café con un corazón sobre ella de color rosa.

Este proyecto es una costumbre napolitana que data del siglo XVIII, retomándose después de la segunda guerra mundial. En el 2008 un grupo de 5 restauranteros de Italia le dio fuerza al juntarse y crear a Café Sospeso el 10 de diciembre.

Los latinoamericanos, que son una sociedad inclyente, solidaria y empática, han  comenzado a invitar a cafeterías y establecimientos a sumarse al proyecto, que se identifican con un póster con la explicación de la iniciativa y un pizarrón que da cuenta del número de pendientes que tienen.

Si alguna asociación quiere unirse podrá encontrar documentos y bases en sitios Web.

Un ejemplo de la realidad de está iniciativa es la anécdota del poeta, novelista, dramaturgo y guionista Tonino Guerra quién ayudó y apoyó en un café y dejó varios pendientes después de haber tomado un café, él veía a varias personas que llegaban y pedían tazas de cafés y dejaban sus pendientes, se interesó y dejó varios pendientes en esa cafetería.

Entre su anécdota menciona: "Estábamos sentados, hablamos y miramos a través de la puerta abierta la plaza iluminada por el sol delante de la cafetería. De repente, en la puerta aparece un hombre vestido muy pobre y pregunta en voz baja: '¿Tienen algún café pendiente?'"