A nadie, si es que se digna mirar al cielo, le extraña ver infinidad de estelas que ciertos aviones regalan cada día al mundo. Muchos atardeceres, de aspecto bucólico, bello y romántico, a veces no son más que puro veneno químico, causante de graves y extrañas enfermedades, así como una descarada agresión al medio ambiente. Y como siempre, aquí estamos los "conspiranóicos", tratando de explicar, lo que, probablemente sean esas telas de araña que invaden los cielos.

Como podemos ver casi cada día, esta actividad, basada en la "geoingeniería artificial", viene practicándose sobre nuestras cabezas mucho tiempo atrás.

¿Cúales pueden ser, o son, los efectos sobre nuestra salud y la del planeta? Tan sólo por citar algunos de ellos, recurro a las declaraciones que la Doctora Hildegarde, Toxicóloga Industrial, hace al respecto.

Afirma que durante unas cuantas décadas, nos vienen fumigando como si de insectos se tratara. Esta doctora establece una relación directa entre las fumigaciones y una nueva enfermedad, muy presente en nuestros días, denominada Síndrome de Morguellons, una especie de "nano-invasor" dentro del cuerpo humano. Es silencioso en su ataque pero su víctima percibe la desagradable sensación de que cientos de trozos de cristal recorren su cuerpo, aunque el ojo humano no los pueda ver, pero sí el microscopio.

Y puede que todo esto se encuentre en la atmósfera que respiramos. Según la toxicóloga, las "nanopartículas", liberadas por estas fumigaciones, llegan al interior de nuestro cuerpo donde comienzan a funcionar de manera activa, como si de "nano-robots" se tratara.

Citaré uno de los múltiples estudios realizados en pacientes afectados, que la doctora Elizabeth H.

Rasmussen del College of Health Sciences, University of Wyoming, Laramie, WY, llevó a cabo en colaboración con otros expertos.

La afectada resultó ser una mujer de 72 años, que presentaba heridas dolorosas en ambas manos a las que acompañaba dolor articular y muscular, así como una sensación de fatiga. Aunque las heridas fueron remitiendo, en su lugar quedaban visibles las cicatrices.

Bajo la piel intacta de estas lesiones, se observó en el microscopio la existencia de unos extraños filamentos. Tras ser sometida a diversos tratamientos a base de esteroides, no se logró mejoría alguna. Se optó entonces por realizar una biopsia de la piel, y se pudo comprobar que los extraños filamentos, observados con anterioridad en el microscopio, con aumento de x60, resultaron ser claramente, "fibras textiles". Impresionantes las imágenes que se muestran en internet, en múltiples casos como este.