La estatización del sistema ferroviario significará para la Argentina un ahorro de 415 millones de pesos, cifra con la que está subsidiando mensualmente a administradoras privadas para que mejoren la infraestructura y no eleven desconsideradamente el precio de los boletos.

El gerenciamiento se lleva 320 millones anuales más una suma que supera los 94 millones de pesos, para solventar el impuesto al valor agregado (IVA).

Disueltos los contratos, no será indemnizado.

Fue durante el gobierno neoliberal del entonces Primer mandatario Carlos Menem, cuando todas las empresas estatales se privatizaron, lo cual benefició desde un principio al sector privado con ganancias desproporcionadas tras adquirirlas a precios irrisorios. Las pésimas consecuencias en materia ferroviaria fueron inmediatas: aumentos sin control en costo de viajes, falta de modernización e inversiones, prestación de servicios deficientes y, además, corte de líneas que dejaron sumidos en la miseria a gran parte de las localidades del interior del país, negándoles la posibilidad de transportar productos, lo que derivó también en la pérdida de trabajo de numerosos operarios ferroviarios.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, por Resolución 171/2015 publicada en el Boletín Oficial, precisó instrucciones para que la Sociedad Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado avance en la rescisión de los contratos con Corredores Ferroviarios y Argentren, gerenciadoras de las líneas Mitre, General San Martín, General Roca y Belgrano Sur. 

El objetivo del actual gobierno nacional es mejorar la eficiencia del sistema en los ámbitos urbano y suburbano y continuar con el trabajo que ya inició de recuperar servicios que habían sido eliminados en detrimento de los argentinos del interior.

Pese a la presencia de las administradoras, a efectos de hacer el trabajo que no cumplen, el gobierno de Cristina Kirchner aportó más de 1.200 millones de dólares para habilitar trenes en el área metropolitana de Buenos Aires y una cifra igual invirtió en el Belgrano Cargas, algo que no se había hecho desde hace 50 años a la fecha; esta última obra cumple con el propósito de mejorar la competitividad del productor argentino.

En este aspecto, el gobierno actual que ya administra la línea Sarmiento aumentó el gasto un 17%, (renovación de vías y flotas, de las líneas Sarmiento, San Martín y Mitre y el trabajo que viene realizando de electrificación del Roca), mientras que los administradores privados sólo siguieron obteniendo ganancias ostentosas y rindiendo pérdidas en la línea San Martín por un 77 por ciento, Roca un 27, Belgrano Sur un 56 y Mitre, 51.

El proyecto de ley que tratará el Congreso no prevé la creación de ninguna enorme estructura, el directorio conservará la que tienen las empresas. Insiste el gobierno nacional en que haber asumido oportunamente la administración de la línea Sarmiento ha demostrado eficiencia de la que carece el sector privado.

El Sarmiento incrementó el número de pasajeros en 246 por ciento y la frecuencia de trenes pasó de 15 a 10 minutos.

Ferrocarril Roca. Trescientos vagones 0 km compró a China el gobierno nacional para el Roca. Es una obra por 457 millones de pesos complementada con la electrificación que concluirá en la totalidad de las estaciones a fin de año. El país viene esperando desde hace 100 años que se electrifique.

La unión de la estación Constitución con el sur del conurbano bonaerense, de una frecuencia de 25 minutos pasa a 12 y el viaje a La Plata, de 80 minutos a 53.

Existe una marcada diferencia con el gobernador de la ciudad de Buenos Aires; Mauricio Macri, que aún recibiendo subsidios del gobierno nacional compró para los subtes vagones que datan de los años '80.

En los últimos tres años, el Estado adquirió formaciones cero kilómetro para las líneas Sarmiento, San Martín y Mitre, y de larga distancia, aún internacionales; reanudó servicios que habían sido abandonados, creó cientos de kilómetros de nuevas vías. Ahora proyecta la electrificación de la línea Roca y luego de la Belgrano Sur.