El mundo de la virtualidad no sólo en la actualidad es la meca de la información, sino también del rédito económico. Si vislumbramos a cada semana la creación de aplicaciones que bregan por un poco de fama es que se puede hacer buen dinero, además de representar una oportunidad para los desarrolladores de aguzar su ingenio. De ahí derivan ciertas consecuencias lógicas: una profusión de apps sin ningún sentido, aburridas y sumamente estrambóticas y la aparición de delincuentes de la red, que ponen su sapiencia al servicio de intereses pecuniarios pero ilícitos.
La cruel realidad.
Pero pensemos un segundo: si voy a hacer de las mías mejor auparme de algún modo en los servicios más exitosos. Bueno: WhatsApp es uno de ellos, con millones de usuarios en todo el mundo, haciendo que Snapchat por ahora se vea algo efímero como los mensajes que propugna. Entonces esto la convierte en el terreno por antonomasia para toda clase de timos. Han aparecido emojis nuevos, actualizaciones inexistentes; pero ahora hace eclosión un supuesto código para verificar el dispositivo. Puede llegar por mensaje o en la misma app, debido a que tienen acceso a tu número.
¿Cuál es el objetivo de todo esto? Hacer dinero, el vil billete por el que muchos mueren. Te infecto con un malware y de ahí obligo, por lo general, a que descargues productos o accedas a información que realmente no necesitas en lo más mínimo.
Por eso, lo que siempre se recomienda es nunca aceptar actualizaciones por fuera de las tiendas de Android, iOS o cualquiera que sea. Muchas veces la impaciencia nos gana; queremos saber de esa bondad que tanto nos prometen, pero el resultado puede ser muy perjudicial. En ese sentido, la parsimonia y cierto nivel de prudencia es lo correcto.
"Saludos desde WhatsApp", versa el mensaje que tiene tintes maliciosos, lo que puso en alerta a muchas personas. De hecho, cuentas de Twitter de las policías de diversas zonas de Europa han tratado de avisar sobre el suceso, para que los usuarios, que son millones, tengan sumo cuidado y no caigan en las garras de estos bandoleros virtuales.