Desde hace unos años el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires apostó el ordenamiento del tránsito a la construcción de estos sistemas transporte que combinan los tradicionales colectivos montados sobre carriles exclusivos especialmente construidos. Aún con varias líneas de Metrobús ya instaladas, cada nuevo proyecto llega plagado de discusiones. El circuito norte -construido con un costo de $270 millones de pesos, de los cuales el partido de Vicente López sólo puso unos 40- no fue la excepción.


Ventajas

Entre las ventajas con las que se promociona el sistema, la fundamental pasa por el tiempo que ganaría el transporte público. Se estima que las líneas que recorran completamente los 5 kilómetros del Metrobús Norte -la 59, la 60 y la 152- van a disminuir en unos 25 minutos los tiempos de sus recorridos. El resto de los colectivos, también mejorarían un poco sus performances.
Desde el gobierno porteño, también mencionan ventajas a largo plazo. En teoría, si se mejora el transporte público, los usuarios empezarían a dejar sus autos, disminuyendo el tráfico en los carriles comunes. Eso redundaría en menos contaminación y mejoras en la seguridad vial.


Polémicas

Por cierto, el proyecto no estuvo exento de polémicas. Entre los más fuertes opositores se ubica a la Agrupación de Vecinos de Vicente López, una asociación civil que presentó varios documentos de protesta.
Entre los puntos más fuertes de las quejas, se apunta a que el proyecto fue aprobado en el Concejo Deliberante entre gallos y medianoche y, entre otras cosas, no se hicieron ni audiencias públicas ni estudios de impacto urbano ni de impacto ambiental.
Sobre la obra en sí, señalan que la misma reduce notablemente el espacio para circular para vehículos comunes, al punto que en algunos sectores solo quedan dos carriles libres. Por otro lado, se apunta a que desaparecen los espacios para estacionar sobre la avenida Maipú, perjudicando tanto a los comerciantes de la zona, como a los vecinos de las calles cercanas que verán sus frentes invadidos por los autos que ya no pueden estacionar en la vía principal. También se protesta por la reducción de veredas, que en algunos puntos quedaron con un ancho de apenas 1.20 metros.
La agrupación de vecinos fundamentalmente acusa al gobierno de Jorge Macri de alinearse con su primo Mauricio Macri para lograr una obra de fuerte impacto electoral, pero que a los propios habitantes de Vicente López les aporta realmente muy poco. O que, incluso, directamente desfavorece.


Más preguntas que respuestas

¿Realmente esta obra resulta positiva para los usuarios del transporte? ¿Fue una simple ingeniería electoral del PRO? ¿Perjudica a los vecinos de Vicente López? ¿Se producirá un embudo y una congestión permanente al acercarse a Puente Saavedra?
Preguntas que sólo el tiempo ayudará a ir respondiendo.