Mosab es hijo del Jeque árabe Sheik Hassan Yousef, nada más ni nada menos que el líder y uno de los fundadores de Hamás, peligrosa organización terrorista palestina muy conocida en Medio Oriente. Nació en Ramalá en 1978 (47 años) y es el mayor de cinco hermanos.

En una entrevista a CNN contó que a la edad de 5 años escuchó en una mezquita la frase: "Sin derramamiento de sangre inocente no será posible construir un Estado islámico" y ese tipo de enseñanza fue la que lo alimentó. Fue así que desde temprana edad decidió participar en las actividades de Hamás, siendo arrestado por primera vez a la edad de 10 años, cuando arrojaba piedras a colonos israelíes en la primera revuelta palestina en Cisjordania y la Franja de Gaza llamada Intifada.

Su actitud hizo que lo vieran como el perfecto heredero de su padre en el liderazgo de la organización, por lo que se ganó el apodo de "el príncipe verde", debido al color de la bandera palestina y por ser hijo de uno de los jefes de Hamas.

Ayudó a su padre durante años en sus actividades políticas mientras se capacitaba para asumir su estratégica herencia en el liderazgo de la organización. Sin embargo, la brutalidad del accionar del grupo del cual era testigo directo, hizo que comenzara a dudar tanto de Hamás como del Islam.

Con el paso del tiempo, Mosab empezó a repudiar la forma en la que se usaba la vida de civiles, sin importar que fueran mujeres o niños, en pos de sus objetivos ideológicos.

Trabajó para el "Majad", órgano de seguridad interna para descubrir agentes israelíes en donde se torturaban prisioneros, muchos de ellos del propio Hamas, sospechosos de colaborar con Israel.

Mientras le advertían sobre lo que padecería si fuera atrapado por los israelíes, él veía cómo fustigaban con crueldad excepcional a sus mismos compatriotas, quemándolos, pinchándolos con agujas y apagándoles cigarrillos sobre la piel.

Fue así que terminó de perder la fé en Hamás.

Finalmente, en 1996 fue detenido por el "temible" Shin Bet (Servicio de Inteligencia Israelí) que terminó siendo más civilizado que el "Majad" y mientras estaba allí, en una charla con el Capitán Loai, le fue propuesto trabajar para ellos. Mosab aceptó pensando así vengar a su padre, que había pasado varios años en una prisión israelí; su plan era trabajar como doble agente.

Le dijeron que si trabajaba para ellos tenía que respetar ciertas reglas: no comportarse de manera inmoral, ni como un gángster, ni creer que por ser hijo de un jeque iba a tener trabajo, llevar una vida decente, ser una persona seria, respetable y de buena reputación.

En esa época Mosab empezó a sentirse atraído por el cristianismo y, leyendo el Nuevo Testamento, fue impactado por el "amar al enemigo". Desechó sus planes y se convirtió en un seguidor de Cristo, orientando su labor a salvar vidas tanto de israelíes frustrando atentados terroristas, como de palestinos y estadounidenses. Fue así que por medio de su intercesión, logró salvar la vida hasta a su propio padre.

Después de 10 años de colaborar contra el terrorismo, Mosab renunció al Shin Bet y viajó a Estados Unidos recibiendo asilo.

Allí reside en California y ha escrito un libro al que llamó "Hijo de Hamás" en el que ha volcado historias y anécdotas cuasi cinematográficas.

En cuanto al conflicto entre Israel y Palestina, afirma que la raíz del problema no está en la seguridad ni en la política, sino que es una guerra entre dos dioses, el Dios de la Torá y el Dios del Corán.