El cáncer de colon es la segunda causa de muerte de adultos en la Argentina; se presentan 6.000 fallecimientos anuales. Si las personas de ambos sexos aceptaran someterse a un diagnóstico precoz, con la actual tecnología de avanzada y medicación que brindan gratuitamente los hospitales públicos -bajo el aval del Instituto Nacional del Cáncer- podrían curarse en un 90%.

Cuándo consultar al médico. Es imprescindible recurrir a una consulta profesional ante la siguiente sintomatología: cambios en la forma de evacuación intestinal (constipación o diarrea), sangrado en la defecación, dolores abdominales y rectales frecuentes, anemia, pérdida de peso sin motivo conocido.

Los padecimientos abdominales y la baja de peso generalmente son síntomas que indican una posible enfermedad avanzada.

Antecedentes familiares. Un factor de riesgo importante es contar con familia cercana, padres o hermanos que tienen o han tenido cáncer o pólipos colónicos; en esta situación es fundamental la consulta médica a partir de los 40 años de edad. Sin antecedentes de este orden, hay que optar por un control periódico desde los 50 años en adelante.

Otras razones de riesgo de cáncer. Historia personal de colitis ulcerosa, haber poseído pólipos en el colon o sobrellevar un cáncer en otros órganos.

Cómo aparece el cáncer de colon. En general se origina de pólipos benignos, que son formaciones pre- malignas en la pared colónica, factibles de aumentar de tamaño y transformarse en cáncer.

La medicina preventiva consiste en su remoción inmediata.

Muchos de los pólipos no desarrollan síntomas; por eso, es necesario hacerse periódicamente un examen físico a partir de los 50 años de edad con procedimientos de detección, tales como: tacto rectal, test de sangre en materia fecal, videocolonoscopía y colon por enema.

Prevención. Se debe sostener una vida saludable, una alimentación balanceada, sana y no fumar. Los estudios de pesquisa también abarcan radiografía de colon por enema, exploración rectal virtual y colonoscopía; esta última permite una evaluación detallada del intestino grueso y el diagnóstico y extracción de pólipos benignos y/o malignos.

Frente a cualquier anomalía es preferible la realización de la colonoscopía.

Si fue necesario extirpar un tumor, aunque haya sido benigno, lo aconsejable es efectuar una evaluación mensual rectal y una colonoscopía todos los años.

Tratamiento. La cirugía es la primera opción: saca el tumor y los ganglios próximos al mismo. Según la extensión del tumor es forzosa la quimioterapia antes o después de la intervención quirúrgica. Un diagnóstico temprano cura cerca del 90% de los pacientes; si es tardío la tasa de restablecimiento es menor al 50%.

Lo usual es la práctica de una laparoscopía, que en forma abierta se formaliza con pequeñas incisiones; ocasiona una mejor tolerancia del paciente y propicia una más pronta recuperación.

Gracias al desarrollo tecnológico, menos del 5% de los casos requiere una colostomía (ano contra natura).

La Argentina, a la par del mundo desarrollado, dispone de las últimas drogas más efectivas del mercado que reducen efectos adversos. Los medicamentos se administran por vías endovenosa u oral; ofrecen una mejor calidad de vida y comodidad, ya que no es preciso acudir regularmente al hospital para ser tratado.