En el TD Garden de Boston este será uno de esos partidos que tardarán un tiempo en olvidar tanto para bien como para mal. Por un lado es uno de los partidos más emocionantes que han presenciado en mucho tiempo, posiblemente uno de los más ajustados de lo que llevamos de temporada en la liga. Por el otro su equipo desaprovechó una ventaja de diecisiete puntos en un solo cuarto, lo que duele mucho en el orgullo de la franquicia más laureada de la historia.

El primer cuarto empezó muy bien para los Boston Celtics, lograron mantener el tipo en los primeros minutos, lograron una ventaja que fueron aumentando paulatinamente durante todo el cuarto y llegaron al final de este con un marcador de treinta y uno a veinticinco que representaba una distancia de seis puntos frente a un equipo tan peligroso como los Cleveland Cavaliers.

El segundo cuarto fue completamente opuesto, con unos Cleveland Cavaliers arañando puntos a sus rivales hasta igualar la contienda, momento en el que comenzaron los intercambios de rachas entre ambos equipos hasta que al sonar la bocina que les enviaba al vestuario el luminoso reflejaba un cincuenta y nueve iguales que dejaba todo por decidir en una segunda mitad que se prometía emocionante.

El tercer cuarto se puede resumir en una sangría continua de puntos para el equipo de Cleveland Cavaliers, que fueron perdiendo puntos durante todo el cuarto hasta llegar al minuto doce de este cuarto con un parcial de cuarenta y dos a veinticinco que habría una brecha de diecisiete puntos que todos en el TD Garden celebraban ya como una segura victoria para el equipo local, especialmente tras ver sobre la cancha a unos Cleveland Cavaliers inoperantes.

Sin embargo LeBron James dejó claro a sus compañeros que no se había hecho el viaje desde Cleveland hasta Boston para hacer el ridículo y que más les valía empezar a carburar. Los Cleveland Cavaliers salieron a la cancha dispuestos a enmendar este resultado y de nuevo fueron disminuyendo la ventaja de Boston Celtics punto a punto hasta llegar a ponerse por delante a falta de un minuto. No volvería a cambiar el dominio de marcador.

Cleveland Cavaliers había logrado silenciar el TD Garden, que había visto a su equipo dilapidar su ventaja pero también había visto un gran partido.