En un partido intenso, de mucha pierna fuerte, el equipo de Marcelo Gallardo encontró el triunfo con un penal a 10 minutos del final, que convirtió el uruguayo Carlos Sánchez. Los locales festejaron tanto el triunfo y como el cero en su arco. Los millonarios llegaban cuestionados tras la derrota el domingo por el torneo local y ahora le trasladaron la presión a Boca.

Un partido donde el 4 del local es la figura, por definición, es malo. El primer Superclásico por la Copa Libertadores entre River y Boca, mostró mucha intensidad, pierna dura, un par de jugadores que merecían la roja y todo indicaba que iba directo al empate en cero.

Hasta el minuto 79, el mejor jugador de la cancha era Emanuel Mammana, que hacía de cada intervención un repaso del manual de la simpleza: anticipar y tocar. Siempre bien ubicado.

Pero llegó el mencionado minuto 79. Gago, quizás el jugador con mayor técnica en la cancha, tocó desde la derecha hacia el medio, en campo de Boca. El pase no tiene destinatario claro, Kranevitter anticipó, abrió hacia la izquierda para Martínez que enfrentó a Marín y el defensor de Boca lo bajó en el área. Penal para River. Carlos Sánchez, el más regular de la era Gallardo en el millonario, pidió patearlo. Agustín Orión se le acercó cuando acomodaba la pelota y le dijo que estaba loco si lo iba a patear "ahí". El uruguayo parecía inmutable.

El penal recién se ejecutó a los 81. Sánchez fue despacio hasta la pelota, amagó, el arquero esperó hasta que llegó la hora de la verdad y se jugó a su izquierda. Recién ahí el volante cruzó la pelota que entró despacio.

En el medio, la madre de las batallas

En la previa, el interrogante era cuán golpeado estaría River tras la derrota en la Bombonera, por el torneo local.

Los primeros 10 minutos mostraron al local superado por el Xeneixe. Boca achicaba en la mitad de la cancha y ganaba las pelotas divididas. Los de Gallardo se paraban de contra.

Pasaron esos minutos iniciales y River se acomodó. El doble 5 Kranevitter-Ponzio hizo pie y ganó el mediocampo. El partido se emparejó y desde los 20, el local marcó el ritmo con muchas ganas y pocas ideas hasta que finalizó el primer tiempo.

A los 25, Teo Gutiérrez recibió un centro de Ponzio e intentó cambiarle el palo a Orión, pero el cabezazo fue débil y cayó en las manos del arquero. Dos minutos después, otra vez el colombiano recibe de Mora en el área, sin ángulo, el arquero de Boca achica bien y saca al córner.

A los 34, a través de un tiro libre en tres cuartos de cancha, la pelota supera la línea de defensores de Boca y el uruguayo Mora cabecea por arriba del travesaño.

El primer tiempo mostró un River que dominó la pelota, con mucha intensidad para pelear cada pelota y con poca claridad generó un par de situaciones, pero sus delanteros no estuvieron finos para abrir el partido. Boca por su parte, luego de un arranque que lo mostró como protagonista en campo contrario, se recluyó y cuidó su arco.

Complemento: Boca mejor

Otra vez el equipo de Arrubarrena empezó más concentrado y de movida, a los 13 segundos, Jonathan Calleri recibió habilitado, la defensa de River quedó mal parada en línea y el delantero encaró mano a mano a Barovero. En la jugada más clara del partido, el arquero pudo sacar el tiro cruzado al córner con el muslo.

A los 51, Vangioni habilitó a Sánchez y el uruguayo, sin marca en el área, eligió parar la pelota y, apurado, le pegó con la cara externa. Fue un tirito a las manos de Orión.

Ahora Boca era más intenso, ganaba la mitad de la cancha y ganaba las pelotas divididas. Se metía mucho, a veces al borde de la expulsión. A los 55, Funes Mori entró con una pierna arriba sobre Pérez.

Fue amarilla, debió ser roja. Unos minutos después, Sánchez le pegó un manotazo a Gago que el árbitro Delfino no vio. A los 65, Ponzio fue amonestado luego de derribar a Marín.

River estaba cansado y Gallardo movió las fichas. Saca al juvenil Driussi por el Pity Martínez a los 71 minutos. Segundos después, Ponzio pidió el cambio por una molestia en su pierna izquierda. Entró Mayada.

El partido se dirigía al empate. Era malo, impreciso y los dos equipos se preocupaban por mantener el cero. Todo cambió a los 79 minutos, cuando Marín bajó a Martínez en el área y Delfino cobró el penal que Sánchez cambió por gol.

Luego del gol, la cosa seguía calentita. El autor del gol, un minuto después de convertir, se cruzó de nuevo con Gago y recibió la amarilla.

A los 86, el colombiano Teo Gutiérrez aguató la pelota en la medialuna y abrió hacia Mayada que subía por la derecha. El volante combinó de nuevo con Teo que tenía opción de tirar el centro para Mora que entraba solo por el medio del área o patear al arco. Fue egoísta y Orion la sacó al córner. Pudo ser el 2 a 0, una diferencia grande para ir a la Bombonera con mayor tranquilidad. Pero Teo no estaba en su noche. Lo confirmó un minuto después cuando entró fuerte con pierna levantada sobre Burdisso y el árbitro lo mandó a las duchas. Roja directa.

Se jugó hasta los 95. El Vasco Arruebarrena mandó a Daniel Osvaldo a la cancha por Calleri. Boca tuvo dos chances para empatar, en ambas, Marín desbordó por derecha y mandó el centro.

En el primero, Osvaldo conectó de cabeza pero sin fuerza. El segundo fue hacia el punto del penal y Burdisso, exigido, la tiró por arriba del travesaño.

Final. En un partido que pudo ser empate, River encontró su premio cuando sus jugadores no mostraban ideas. Boca pagó caro refugiarse atrás. El 1 a 0 dejó abierta la serie. El próximo jueves, la Bombonera será un infierno encantador para uno de los dos.