Saltó a la fama hace unos años explotando de bronca por un gol ilícito de Estudiantes a su Gimnasia y Esgrima de La Plata, desde entonces cada vez que el Lobo de La Plata atraviesa un momento difícil sus audios se vuelven virales.

Hablamos de Alberto Raimundi, relator partidario, dueño de un estilo anti-careta y explosivo que lo acerca tanto al reconocimiento general como a la atención coronaria, volvió a desgranar su bronca ante una nueva derrota de Gimnasia con el rival de toda la vida. La cuestión, esta vez, no paso por el juego, ni por las modalidades de los “caperuzas” (como llama a los representantes de Estudiantes) ni por el accionar del árbitro, el foco estuvo en la desmedida reacción de los propios jugadores del Lobo que terminaron a las trompadas con sus colegas rivales dando lugar a uno de los espectáculos más tristes de los últimos tiempos.

La situación fue definida con precisión de cientista social por el futbolista pincha Israel Damonte, como si fuera una Beatriz Sarlo del fútbol vernáculo, clarifico en una frase la momento que dio inicio a la gresca: “Estaba separando y me dieron una piña de boliche”. En alusión a los golpes que se dan al pasar aprovechando una confusión en una pelea callejera de sábado a la noche.

Lejos de la condena generalizada, Raimundi en cambio prefirió dirigir el foco al accionar de los jugadores (“Hay que hacerse los guapos dentro de la cancha”) y especialmente del técnico Pedro Troglio, a quien acusa de tener cierta protección mediática que le impide al grueso de los hinchas ver que le está haciendo mal al club.

Desaforado pidió su inmediata renuncia e incluso esbozo la cifra que se llevaría el cuerpo técnico mensualmente, este ultimo punto suele herir sensibilidades en el ambiente futbolístico especialmente luego del secuestro de familiares de jugadores (el caso más famoso fue el hermano de Riquelme) hace unos años.

La bronca duro más de media hora y queda registrada en el audio del video que incluye esta nota, una nueva manifestación de indignación de un relator que genera más expectativa cuando su equipo pierde que cuando, como las muchachas en primavera, tiene un buen andar. Mientras tanto los equipos de La Plata se preparan para el inicio de un nuevo torneo.