En todos los rubros las ventas han caído, por ese motivo están las estrategias de los comerciantes; los grandes y los pequeños. Las cadenas de venta de electrodomésticos y grandes supermercados buscan mantener su lugar en el mercado, su espacio, y no perder la rentabilidad. Los comercios pequeños están muy afectados por las subas del gas y de la luz, están más preocupados por sobrevivir, pasar esta etapa que es muy difícil. Y los consumidores, que no tienen aumento de sueldo, o aquellos que arreglaron paritarias a la baja, intentan que su dinero rinda más.

Las cadenas de electrodomésticos, para paliar la crisis, están lanzando campañas muy agresivas para vender en cuotas y captar clientes. Por ejemplo, descuentos del 25 % en Smart TV y en celulares 40 %. También en productos de cuidado personal, entre otros.

Algo que volvió, a pesar de la inflación, son las cuotas en algunos productos. Hay 12 cuotas en heladeras, en lavarropas, notebook, impresoras, aires acondicionados y también en Smart tv.

Los grandes supermercados tienen ofertas muy puntuales: descuentos del 25 % en determinadas marcas, 12 cuotas sin interés en indumentaria, muebles, ferretería, grupos electrógenos y bicicletas. En el caso de un supermercado de origen nacional, ofrece 20 productos más baratos: gaseosas, postres, pilas, hamburguesas, entre otros.

En algunos casos, se tratan de mecanismos que no son nuevos. En otros, como las rebajas en la segunda unidad, en general lo que venden es si usted compra dos unidades, la segunda tiene un 80 % de descuento o menos.

Y los comercios minoristas pequeños buscan alternativas para aguantar la crisis. En general no buscan vender más, sin lo que buscan es que le cierre la ecuación entre costos y ventas.

Los costos les han subido mucho, sobre todo el de la luz, entonces recurren a alternativas. Un ejemplo de esto es en una carnicería situada en el partido de Lanús, que ofrece los martes y jueves financiación en tres cuotas sin interés para los cortes cárnicos.

Volvió el trueque

Si el mismo sistema de compra y venta del 2001. Tanto consumidores como comerciantes están recurriendo al trueque para no perder para ganar algo.

En Córdoba, en el barrio Miguel Muñoz, canjean ropa usada, calzado y alimentos. En Neuquén, en la plaza de Chos Malal, hay 500 feriantes, cambian comida por ropa, hacen las dos cosas. Por un lado, venden los productos y, por otro lado, aquellas personas que no tienen el dinero para comprar canjean productos. Van aproximadamente 2000 personas.

En Gualeguaychú también hay una feria barrial del trueque. En el caso de esta ciudad, cerró una empresa constructora muy importante, dejando a 500 trabajadores desempleados, que agravó la situación.

Pero también los consumidores cambian los hábitos para que les dure el dinero; creció mucho el consumo con tarjetas de crédito en cuotas. La gente compra solo lo justo y modifica la dieta; la gente que consumía carne, empezó a comer cerdo o pollo.

Caminan más y recurren a lugares más económicos, prefieren ir a un comercio mayorista en vez del supermercado y aumento la venta de segundas y terceras marcas.

Con una inflación en aumento, paritarias a la baja y el desempleo que se va los dos dígitos, todos los actores de la sociedad; grandes comerciantes, minoristas y consumidores agudizan el ingenio para no perder tanto.