La joven española Mireia Lalaguna Royo se consagró Miss Mundo 2015, que se celebró en Sanya, China. La fémina tiene 23 años y es oriunda de Barcelona; se impuso sobre 113 competidoras de todos los rincones del globo. La primera finalista es la rusa Sofía Nikitchuk y la segunda, de Indonesia, María Harfanti, quienes tienen la función de reemplazar a Miss Mundo, si algo le sucediera, por salud, si renunciara o la despidieran, o cualquier otra circunstancia.
La primera polémica que surgió es que justamente una española de Barcelona es elegida vencedora cuando en estos momentos Cataluña quiere independizarse de España. Aunque la joven vencedora sólo quiere viajar, hacer caridad y cumplir con las obligaciones de Miss Mundo, manteniéndose alejada de cualquier controversia política que pudiera empañar su reinado de Belleza. Muchos medios de comunicación temen que utilicen a Lalaguna ideológicamente para beneficiar alguna posición política en particular, sin su permiso.
La segunda polémica tuvo como protagonista a la representante de Canadá, Anastasia Lin, de origen chino, a quien le negaron la visa, por lo que no pudo viajar a China, y, por supuesto, no pudo participar del concurso.
Las razones: ella denunció que en China hay censura idelógica, censura religiosa y tráfico de órganos. El gobierno de ese país asiático la declaró persona no grata. La controversia no termino allí, en esta edición del concurso no hubo desfile en bikinis porque las autoridades del concurso lo consideraron inapropiado.
Nuevamente, el concurso Miss Mundo (y todos los concursos de belleza en general) fue acusado de sexista y pasado de Moda, pero las autoridades lo defendieron argumentando que esta competencia saca lo mejor de cada mujer y promueve la amistad, el intercambio de culturas, sin olvidarse de todos los actos solidarios que desempeñan las ganadoras con el objetivo de inspirar la caridad, en todos los países del mundo. A favor o en contra, las competencias de belleza seguirán gozando de buena salud.