Desde las últimas elecciones legislativas, en las que el kirchnerismo perdió un caudal significativo de votos, en la política argentina se repite con frecuencia la frase "fin de ciclo", en referencia al tiempo que le queda a Cristina al frente del gobierno, el cual comandará hasta finales de 2015. Con el Mundial finalizado y sin monopolizar la agenda mediática, en la última semana se han sucedido hechos que podrían leerse como síntomas de uno de los momentos más complicados para el oficialismo. Vale la pena un pequeño repaso:

La restitución del fiscal Campagnoli.

Es claro que la restitución del fiscal José María Campagnoli es un importante revés para el gobierno, acostumbrado a manejar a su antojo los hilos de la Justicia en el último tiempo. A Campagnoli lo habían destituido en diciembre de 2013. En ese momento, la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó señaló que el fiscal había apuntado al mal desempeño del fiscal en contra de Federico Elaskar, el financista implicado en la causa en la que se investiga a Lázaro Báez por presunto lavado de dinero. Precisamente por los antecedentes de presión del oficialismo en el Poder Judicial, el regreso de Campagnoli a sus actividades -aunque a partir del 5 de agosto vuelva a tener un juicio político-fue festejado como un triunfo por distintos sectores de la oposición.

El procesamiento de Amado Boudou. El vicepresidente fue procesado por "cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública" en el caso de la ex Ciccone por el cual llevaba varios meses en la agenda de los medios. Su situación judicial es un golpe para un gobierno que siempre lo respaldó, aunque cada vez más referentes del Frente para la Victoria le suelten la mano.

La caída del consumo. Los números hablan de un nivel de consumo decreciente en los últimos meses: la caída del 1,4% en ventas de alimentos, bebidas y artículos de limpieza de junio fue el índice más negativo del año y completa el primer semestre con disminución del consumo en lo que va del gobierno kirchnerista. Un gobierno cuya bandera a la hora de sanear la economía fue hacerlo sin que el mercado se enfriase.

En lo que va del 2014, l creciente inflación se ha convertido en un factor determinante para que el nivel de consumo disminuyera en muchos hogares.

La tensión con la CGT oficialista. Antonio Caló había sido uno de los que siempre había destacado, en cada declaración pública, su apoyo al proyecto presidencial y había minimizado las críticas de quienes alertaban por una inflación incontenible que licuaba el salario de los trabajadores. En los últimos días la presión del organismo que dirige sobre el gobierno, al que pide actualizar el piso del impuesto a las Ganancias, fue creciente. Un signo de tensión dentro del propio oficialismo.