En esta nota tenemos el propósito de repasar consejos básicos para lograr tener una piel sana y jovial. Se trata de dejar la pereza a un lado, tomar ciertas acciones como hábitos y ser conscientes de sus beneficios para no abandonarlos después.
- Bebe mucho líquido. Dos litros de agua por día será suficiente (puedes incluir infusiones y jugos).
- No te excedas en el consumo de azúcar y sal, ya que ambos ingredientes influyen directamente en la aparición de afecciones ligadas a la circulación sanguínea, las inflamaciones y la retención de líquidos.
- En tu alimentación diaria no deben faltar los antioxidantes, debido a que impiden que la piel se degenere de manera progresiva. Consume más vegetales, en especial coles y de hoja verde (acelga, espinaca), pescados y frutas como mora, frutilla, uva, arándano, aguacate, tomate, entre otros.
- Aunque el día esté nublado, lleva contigo crema con fotoprotección, sombrero y gafas de sol. ¡No lo olvides!
- Para tomar sol, aplícate algún producto que acelere el proceso de bronceado, de manera que no tengas la necesidad de exponerte demasiado tiempo al sol.
- En verano son muy recomendados los tratamientos en cabina, es decir, aquellos que se realizan de manera personalizada en un gabinete o spa, ya que brindan a la piel mayor nivel de hidratación.
- Hay determinados tratamientos despigmentantes que no conviene realizar previamente a los baños de sol, como peeling, láser o algún otro que cause fotosensibilidad, debido a que son agresivos, y sumados a la exposición solar, pueden hacer mella en la piel.
Siempre recuerda que la piel es nuestro órgano más grande y, además de ser el más grande, es uno de los más sensibles, ya que está constantemente expuesto y puede sufrir distintos cambios que pueden llegar a dañarlo, como lo es por ejemplo el clima, tanto cuando hay días muy calurosos como cuando hace mucho frío.
Por ello, protégela lo máximo que puedas para que se mantenga saludable y hermosa por muchos años más. ¡Mima mucho a tu piel! ¡Ahora y siempre!