El número de afectados por el ébola y el de fallecimientos a causa de la fiebre hemorrágica causada por este virus aumenta cada semana sin cesar. Por el momento, la cifra de personas contagiadas o sospechosas de estarlo es de más de 10.000, mientras que el número de fallecidos llega casi a los 5.000. No obstante, tal y como se viene diciendo desde hace varias semanas, estas cifras podrían ser muy inferiores a las reales, a las que se escapan de los registros oficiales de la OMS.

En cualquier caso, merece la pena destacar que de los ocho países en los que se han diagnosticado a personas infectadas con el virus, solo en tres de ellos hay una epidemia: Guinea-Conakry, Sierra Leona y Liberia. De hecho, como sabemos, el resto de casos que se han dado en otros países (Senegal, Estados Unidos, España, Nigeria y Mali) han sido exportados de alguno de estos tres. Países en los que además se registran la inmensa mayoría de los más de 10.000 de todo el mundo, así como la inmensa mayoría de los casi cinco mil fallecimientos causados por la fiebre hemorrágica del ébola.

El nuevo caso registrado en Mali es el más preocupante de los últimos registrados, aparte de la epidemia que sufren Sierra Leona, Liberia y Guinea-Coankry.

En efecto, Mali, al igual que estos tres países, es uno de los diez más pobres del mundo, más concretamente, Mali es el tercer país más pobre del mundo. Esto significa que su capacidad para hacer frente a un brote de ébola dentro de sus fronteras es muy limitada, por lo que si la comunidad internacional no hace nada, podría convertirse en un nuevo foco de propagación del virus en poco tiempo.

La Organización Mundial de la Salud prevé que para el mes de enero las cifras podrían ir de los cientos de miles de infectados al millón y medio. Todo dependerá de lo que se tarde en poner coto al virus en África occidental. Para ello, es necesario que la comunidad internacional ayude a la región con recursos humanos, materiales y económicos. De otro modo, estos países difícilmente podrán controlar sus epidemias respectivas, lo que supone un peligro de salud pública internacional.