Balada de un hombre común, la última película de los hermanos Coen, es un fresco electrizante acerca de un compositor cuya carrera no termina de arrancar a pesar del enorme talento que posee. Su personalidad, falta de carisma, no ayuda a que los temas folk que interpreta sean tan bien recibidos como merecen. Oscar Isaac borda un personaje atípico para ser protagonista y los secundarios que lo rodean, John Goodman incluido, logran hacer de esta película una de esas joyas que, pese a pasar desapercibida debido la enorme melancolía que la caracteriza, ha escrito una preciosa página en la filmografía de sus artífices.

El desconocido del lago, thriller francés cuya acción transcurre en un lago nudista en el que tienen lugar encuentros homosexuales, fue un título que descolocó a más de uno pero que admiraron todos aquellos que se dejaron llevar por la propuesta insólita y sórdida de una película de suspense inusual y más y más vibrante a medida que avanzaba y se concretaba el lado oscuro de una historia aparentemente contemplativa. Un sobresaliente en cuanto a planificación y dirección de escena por parte de Alain Guiraudie, que también contaba con unos actores superlativos.

Blancanieves, de Pablo Berger, con una Maribel Verdú sublime en el papel de la madrastra a la que no oímos pero sí leemos porque se trata de la versión muda del conocido cuento infantil.

Berger lo ambienta en la España de los años 20, en el mundo del toreo y las folclóricas, adaptando ambos aspectos para esta historia de venganza. Ganadora de 10 premios Goya, a Argentina llega con un par de años de retraso pero sigue siendo la misma obra maestra que obtuvo todo tipo de alabanzas en su país de origen, a pesar de estrenarse (que no producirse) a la sombra de The Artist, la película francesa cuyo formato mudo deslumbró antes al mundo.

Ida, cinta polaca que ha recogido aplausos y buenas críticas por donde ha pasado, es un retrato de la historia más reciente de uno de los países más castigados por la II Guerra Mundial. Y es que el argumento gira en torno a una novicia que debe conocer la historia de su familia antes de decidirse a profesar los votos como monja.

Arriesgada en el fondo pero sobre todo en la forma, es un ejercicio hipnótico de resultados portentosos que está ganando innumerables premios tanto por parte de la crítica como de los certámenes en los que concursa.

Perdida o la capacidad de David Fincher de guiar al espectador por terrenos desconocidos dentro del thriller con una maestría completamente lógica en alguien de su talla como director. Al cada día más cuestionado como actor, Ben Affleck, no se le ha puesto ni una pega en su interpretación de un hombre desesperado por encontrar a su desaparecida esposa, una extraordinaria Rosamund Pike. La brillantez y la claridad con la que Fincher arrastra al público hacia el abismo de la pareja no puede sino obtener una de las mejores notas que un film puede llevarse en este 2014.