Una gran sorpresa tuvieron los herederos de un empresario fallecido hace más de una década. Los alrededor de 60 coches clásicos ascenderían en el mercado a unos 19 millones de euros.
A todos nos gustaría encontrarnos una herencia de tal calibre, máxime cuando la misma era totalmente inesperada, estos coches clásicos se encuentran en diferentes estados de conservación, algunos con más óxido que otros. El empresario Robert Baillon, llegó a tener 110 coches en su colección pero debido a problemas financieros se vio obligado a despredenderse de una buena parte de su colección.
La mayoría fueron adquiridos entre las décadas de los años 50 y 70.
La intención de construir un museo de Baillon quedó en un sueño, consiguió aguantar y no vender varias joyas, destacando un Maserati A6G sport de 1956, todo un tesoro de la automoción del que se fabricaron solo 3 unidades,un Ferrari Mondial 3.2., el Lancia Thema 8.32 con motor Ferrari, Renault Vivastella Cabriolet, Bugatti 57 Ventoux o un Porsche 356 SC.
Especial mención en la colección podríamos hacer a la pasión del automóvil en el mundo del cine que tenía Baillon; en la misma, podemos ver deportivos que utilizaron Jean Paul Belmondo y Alain Delon en sus películas con la joya de la corona que corresponde a un Ferrari 250GT SWB California donde Jane Fonda y Shirley MacLaine fueron fotografiadas.
Los herederos que fueron a la granja para ver el estado de la misma antes de proceder a su venta, no tienen la misma pasión que Robert Baillon y pondrán todos los automóviles en subasta en Artcurial. Se estima que muchos de los automóviles serán rápidamente adquiridos pues son bastante codiciados en el mercado.
Es ciertamente sorprendente que los herederos desconociesen la existencia de una colección de tal magnitud, lo que da una idea de que la relación de interés y cercanía con el fallecido, era mínima. Aún así, seguro que están agradecidos por la sorpresa que aquella granja de la Francia rural, llena de autos clásicos de colección les deparaba en su interior.