Cuando uno cree que ya vio todo en esta vida, que no pueden existir carreras tan bizarras, nos damos cuenta que siempre hay un roto para un descocido.

En países como Canadá, Estados Unidos o en la propia Gran Bretaña, en la que todos parecen señoritos ingleses, existen competiciones de natación de lo más locas, como, por ejemplo, la de los patitos de goma. La misma consiste en colocar dicho patito en el agua con el nombre y numero de participante para que su perro, luego de la campanada, se zambulla y alcance el juguete lo antes posible. El que más rápido lo consigue, gana el premio de, nada mas y nada menos, 1 millón de dolares canadienses.

Hasta este momento todos pensábamos que los piropos hacia las chicas que caminan frente a las obras en construcción eran cosa de los obreros argentinos y paraguayos, pero no. En el año 2009, la ciudad de Fermanagh, Irlanda, fue cede del primer torneo de piropos de albañiles, competencia que sigue realizándose hoy en día. La prueba consiste en que dichos trabajadores, ambientados en la obra, piropeen a las mujeres que pasan por la calle, con el fin de que el mejor piropeador gane un premio. 

La siguiente es una disciplina que seguramente hemos implementado, aunque sea una vez en nuestras vidas. El campeonato mundial de lanzamiento de teléfono celular se realiza desde el año 2000, en Finlandia.

Claro está que, el ganador de la prueba será quien más lejos arroje su móvil. El torneo se realiza tanto en forma individual como en equipos y hasta hoy en día, el récord lo posee el finés Mikko Lampi, con casi 98 metros.

La "plancha extrema" es el deporte que más adeptos reclutó en estos últimos años. Parece que el deseo de ayudar a su pareja en los quehaceres de la casa es alto, por lo que estos hombres planchan su ropa en lugares extremos.

El último se llevó a cabo en el año 2009, cuando 128 buzos se sumergieron durante 10 minutos en el fondo del mar, resultando vencedor el que dejo su camisa más lisa y prolija.

Finalizando la recorrida por estas competencias tan extrañas, que tanto nos cuenta imaginar que existan, viajamos hacia Gales, donde el ultimo lunes de agosto de cada año, los habitantes de Llanwrtyd Wells se meten en una ciénaga de 55 metros de largo sólo con una antiparras y un snorkel. El que primero cruza la meta es el ganador, pero el que lo hace último también se lleva un premio, por ser el que más resistió debajo de este pantano.