Con un auditorio colmado de cinéfilos que se dieron cita desde temprano para poder obtener su lugar en la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium, Vittorio Storaro supo mantener la atención del público al máximo por casi dos horas. El célebre director de fotografía italiano, que trabajó con directores de la talla de Francis Ford Coppola, Bernardo Bertolucci y Woody Allen, disertó ayer en el marco del ciclo “Charlas con maestros”, perteneciente al Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y moderado en esta ocasión por Iván Gierasinchuck.
Puede decirse que ningún tema quedó afuera: desde la importancia de la composición de la imagen y su experiencia con Woody Allen en el reciente film “Café Society”, hasta los problemas de conservación de las películas filmadas digitalmente -ya que, en sus propias palabras, “la idea de que lo digital sea permanente es un error”-, tuvieron un amplio desarrollo a lo largo de la tarde/noche marplatense.
Storaro habló de la equivocación que suele desarrollase en los sets a la hora de decirse que cualquier falla durante la etapa de producción puede arreglarse luego en la postproducción, cuando en realidad lo ideal es evacuar todos los posibles problemas durante la preproducción y producción, por ejemplo, utilizando monitores para poder visualizar cómo se verá aquello que estamos registrando.
Destacó que para él un actor es “como una escultura viva”, que al momento de filmar representa un símbolo y que considera que cada película es como “un pedazo de nuestra vida”.
Por supuesto, “Apocalypse now” entró también en discusión y sobre ella dijo que fue una película que llevó un año y medio de rodaje, al que le siguieron dos años de montaje, con una secuencia final muy clara en el plano simbólico.
Las locaciones estaban ubicadas en Filipinas y durante la etapa de producción el set se vio destrozado por un tifón, hecho que obligó a hacer un parate.
Vittorio incentivó a la juventud a buscar, interiorizarse, que es un poco lo que nota que está faltando. Él mismo señaló que no es suficiente tener los conocimientos técnicos, ya que ellos no van a hacer que uno se destaque, lo que sí lo hará es ponerle el toque personal de cada uno, que es lo que marcará la diferencia.
Otro punto importante que, a su entender es el deber de los jóvenes, lo constituye el hecho de exigirle a la industria cinematográfica que “conserve las películas”, ya que estas permanecerán de lo contrario cinco años en estado óptimo, porque lo que se está haciendo es grabar una señal analógica en un soporte digital.
Durante la jornada, sobre el final, el público también pudo realizarle algunas preguntas, entre las que se encontraron inquietudes acerca de “Apocalypse now”, sobre su preferencia en cuanto a las nacionalidades de las películas -a lo que contestó que a la hora de preferir una película por sobre otra la cuestión del origen de la misma le es indiferente- y, por último, una corresponsal italiana quiso saber qué es lo que suele conmoverlo.
Como broche de oro de una magnífica presentación, Vittorio Storaro se dirigió una vez más a la juventud, dándole fuerza y expresando: “necesitamos de ustedes y de su energía”, para finalmente enfatizar “crean en sus sueños y ámenlos verdaderamente”, frase luego de la cual el teatro estalló en un caluroso y merecido aplauso.