Uno de los títulos más significativos de estos días fue, sin lugar a dudas, el de "volver a preparar las biromes" para rebobinar las cintas de cassettes. Quién haya vivido el auge de los Walkmans en los 80's y toda la mítica que generaba el poder escuchar tu música adónde fueres, sabe de que estoy hablando. Asimismo, los operadores radiales que teníamos que poner la "cinta en punta", reconocerán la cita obligada. Los cassettes fueron desplazados durante los 90's por el Disco Compacto como formato de reproducción musical con la promesa de mayor fidelidad de sonido.

Lo mismo, según los técnicos, sucedió con el VHS suprimido por el advenimiento del DVD. Pero no todo estuvo perdido, ya que además de la industria musical, otros varios dispositivos utilizaban el cassette como medio de almacenamiento (no olvidemos la primigenia informática hogareña que usaba las cintas magnéticas y grabadores como medio para acceder a los programas y salvar la información a mediados de 1980, mucho antes del auge del diskette, tal el caso en nuestro país de la ZX Spectrum, TK90 y hasta la Commodore 64).

Caminar, correr, andar en bici o leer un libro se hacía algo promisorio acompañado de tu banda de sonido preferida. Al parecer, esto también está volviendo a tomar forma desde este formato que ha estado guardando más que polvo en algunas ocasiones.

No solo el disco de vinilo ha vuelto a prevalecer sobre los nuevos formatos digitales, sino que ahora la Cinta magnética espera retomar su lugar de supremacía como antaño.

El nuevo dispositivo apreciable en las fotografías presenta un diseño novedoso y minimalista. Un mando de avance rápido de la cinta y la posibilidad de conectar tanto un jack de auricular como un mini USB, lo que garantizaría la posible digitalización del audio grabado, de ser necesario.

La estructura técnica es bastante reducida, lo que favorece aún más su transporte que sus predecesores de la compañia Sony, promotora del bien intencionado Walkman, que permitía ir ajustado al cinturón por medio de una solapa plástica. Otra desventaja era el peso y, de sufrir una caída, la ruptura de muchas de sus partes plásticas, algunas, muy frágiles e imposibles de reponer.

Otra nueva puerta para el mercado musical

Creo que todos los mayores de 30 tenemos una gran serie de cassettes en nuestros hogares: rock nacional, internacional, música clásica, pop; y aún así todavía es posible conseguirlos en las ferias de vinilos a precios módicos e inferiores a lo que uno puede imaginarse. ¿Quién no guarda la grabación del tema que sonaba en la radio y hasta se pedía por teléfono con la premisa de que "no fuera pisado" por el locutor de turno, en la época en que todavía se anunciaban los temas y las emisoras no se transformaran en meros sistemas de música funcional, sin la voz como herramienta de contacto entre emisora y oyente? Claro que los tiempos cambian, pero por algo los adelantos tecnológicos siguen buscando rescatar lo bueno de cada tiempo y potenciarlo.

Es así que muchos intérpretes y solistas están retomando la idea de grabar y lanzar sus producciones en este formato que sigue vigente. Habrá que esperar. Y ver si éste también "no te traga la cinta".