Mientras los chicos mataban el tiempo jugando con los jueguitos de sus smartphones la gente comenzó a llegar de golpe. Como si se tratara de un simulacro de incendio, pero al revés, las personas ingresaban de a montones.
Romeo. – Che Martu, ¿Quién es esa chica que acaba de entrar? (Señalando a la bella Julieta).
Romeo. – ¡Que linda que es loco! ¡Estoy enamorado! (Romeo experimentó una sensación nunca antes sentida).
Martín. - ¿Qué esperas logi? ¡Anda a hablarle! De paso le sacas el celu.
Romeo. – Es que no puedo, es tan hermosa que cuando llegue hasta ella me voy a quedar duro como una piedra y no voy a emitir silaba alguna.
Martín. – Te la hago simple, si no vas te reviento acá mismo (Amenazando a Romeo con el puño cerrado y la cara de malo que lo caracteriza).
Romeo. – (A Julieta.) Aparecés, me enamoras, enloquezco, me entrego, suspiro y muero por vos.
Julieta. – Que dulce, ¿De dónde sacaste ese piropo? (Sonrojada por el halago)
Romeo. – Me gusta mucho la poesía. Podría decirse que soy un boludo chapado a la antigua.
Romeo. – ¿Tenes ganas de bailar? (Dijo esperando una respuesta positiva)
Julieta. – Dale, bailemos.
Mientras ambos bailaban tomados de la mano mirándose uno al otro siguieron conversando.
Romeo. – ¿Tenes novio?
Julieta. – No, ¿Vos? (Sonrojándose nuevamente).
Romeo. – No, estoy solo, y a decir verdad, le agradezco a mi primo que me obligo a venir. Gracias a el conocí a una chica muy linda. (Haciendo referencia a la hermosura de su compañera de baile y como le quedaba el vestido que le había prestado la amiga).
Paula. – Vamos Juli, nos tenemos que ir (Gritó pálida y agitada, como si hubiese corrido una maratón).
Julieta. – No, espera, ¡quedémonos un ratito más!
Romeo. – Dale Paula, copate, dejame a tu amiga unos minutos mas (Se notaba que ninguno de los dos enamorados quería irse)
Paula. – No, tenemos que irnos y punto.
Julieta. – Pero, ¿Que pasa que tenes tanto apuro? (Reprochándole a la amiga por tener que abandonar la fiesta)
Romeo. – No le tengo miedo a ese Paris, que venga que acá lo espero.
Romeo. – Bueno, aunque sea decime tu nombre así te busco por Facebook, o dame tu numero de teléfono y hablamos por Watsapp o Viber. (Dijo después de juntar coraje).
Martín. – ¿Y? ¿Que pasó papa? ¿Por qué esa cara?
Martín. – Uh loco contame cual es el problema ahora.
Martín. – Tranqui Romeo, no hagas conjeturas antes de tiempo, en una de esas tu viejo se saca la gorra y te entiende.