ESCENA V
Club de Campo
Entran Julieta y Paula


Mientras los chicos mataban el tiempo jugando con los jueguitos de sus smartphones la gente comenzó a llegar de golpe. Como si se tratara de un simulacro de incendio, pero al revés, las personas ingresaban de a montones.  

Romeo. – Che Martu, ¿Quién es esa chica que acaba de entrar? (Señalando a la bella Julieta). 

Martín. – Ni idea, no la conozco, pero a la amiga si, se llama Paula, vive cerca de casa.

Romeo. – ¡Que linda que es loco! ¡Estoy enamorado! (Romeo experimentó una sensación nunca antes sentida).

Martín. - ¿Qué esperas logi? ¡Anda a hablarle! De paso le sacas el celu. 

Romeo. – Es que no puedo, es tan hermosa que cuando llegue hasta ella me voy a quedar duro como una piedra y no voy a emitir silaba alguna. 

Martín. – Te la hago simple, si no vas te reviento acá mismo (Amenazando a Romeo con el puño cerrado y la cara de malo que lo caracteriza). 

Romeo. – (A Julieta.) Aparecés, me enamoras, enloquezco, me entrego, suspiro y muero por vos.  

Julieta. – Que dulce, ¿De dónde sacaste ese piropo? (Sonrojada por el halago) 

Romeo. – Me gusta mucho la poesía. Podría decirse que soy un boludo chapado a la antigua. 

Julieta. – Jaja, para nada, me gusta. 

Romeo. – ¿Tenes ganas de bailar? (Dijo esperando una respuesta positiva) 

Julieta. – Dale, bailemos. 

Mientras ambos bailaban tomados de la mano mirándose uno al otro siguieron conversando. 

Romeo. – ¿Tenes novio? 

Julieta. – No, ¿Vos? (Sonrojándose nuevamente). 

Romeo. – No, estoy solo, y a decir verdad, le agradezco a mi primo que me obligo a venir. Gracias a el conocí a una chica muy linda. (Haciendo referencia a la hermosura de su compañera de baile y como le quedaba el vestido que le había prestado la amiga). 

Julieta. – Yo también le doy las gracias a Paula, mi amiga. 


Aparece Paula apurada


Paula. – Vamos Juli, nos tenemos que ir (Gritó pálida y agitada, como si hubiese corrido una maratón). 

Julieta. – No, espera, ¡quedémonos un ratito más!  

Romeo. – Dale Paula, copate, dejame a tu amiga unos minutos mas (Se notaba que ninguno de los dos enamorados quería irse) 

Paula. – No, tenemos que irnos y punto. 

Julieta. – Pero, ¿Que pasa que tenes tanto apuro? (Reprochándole a la amiga por tener que abandonar la fiesta) 

Paula. – Es Paris, apareció en la fiesta y cuando me vio empezó a seguirme y a preguntarme por vos. ¡Si te ve acá con este chico lo mata y a vos te mata tu viejo! (Exclamó asustada).

Romeo. – No le tengo miedo a ese Paris, que venga que acá lo espero. 

Julieta. – Esta bien Paula, vamos. Perdoname pero me tengo que ir, no quiero problemas en casa.

Romeo. – Bueno, aunque sea decime tu nombre así te busco por Facebook, o dame tu numero de teléfono y hablamos por Watsapp o Viber. (Dijo después de juntar coraje). 

Julieta. – (Mientras se iba.) Mi cel es 1140897325. Sino buscame por face si queres, ¡aparezco como Juli Arizmendi!


Vuelve Martín


Un gesto de preocupación e indignación se apoderó del rostro de Romeo al escuchar el nombre de aquella chica que tanto le gusto y con la cual bailó por mas de dos horas.

Martín. – ¿Y? ¿Que pasó papa? ¿Por qué esa cara?

Romeo. – Tengo una mala leche hermano (No podía creer lo que le estaba sucediendo).

Martín. – Uh loco contame cual es el problema ahora.

Romeo. – Es la hija de Alfredo Arizmendi, el vecino de mi viejo, en mi casa no van a querer saber nada con esto, y dudo que en la suya se pongan felices con la noticia (Vaticinaba lo peor).

Martín. – Tranqui Romeo, no hagas conjeturas antes de tiempo, en una de esas tu viejo se saca la gorra y te entiende.